Centro comercial de Dundrum, ¿el mejor centro comercial de Dublín?

Sí, este es un post sobre un centro comercial. Mirad, Mallrats de Kevin Smith me chifla, no como película en sí (que está muy simpática) sino por el hecho de que transcurre en un centro comercial. Me gustan los centros comerciales. Soy una mente sencilla. 

El centro comercial de Dundrum es un centro comercial como Dios manda: gigante y desmesurado, con una oferta de tiendas inacabable, todo lo contrario que esas pequeñeces de Dublín centro, como el Ilac Centre (que cuenta, eso sí, con una magnífica biblioteca pública pese a la gente sospechosa que alberga) o el de St. Stephens Green (justo enfrente del parque, de arquitectura bonita pero reducidísima oferta comercial). A mí me queda a tomar viento de casa (media hora larga andando hasta la parada del LUAS de St Stephens Green y otra media hora corta en el trayecto en tranvía) así que voy allí con misericordia, que diría Loida (¿una vez cada mes y medio?).

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Voy, mayormente, a recoger mis comics a la tienda Big Bang Comics (situada al ladito del centro comercial, en uno de sus lomos) y a zamparme las hamburguesas del Five Guys (donde ya he desarrollado un pedido estándar: cheeseburger con onions y pickles, fuera patatas que no son nada del otro mundo, y remato con batido de peanut butter y banana, por ejemplo). Pero hay mucho más, tenéis tiendas para aburrir, de ropa, de comer, de beber: Marks & Spencer, Primark, Tesco, Starbucks, peluquerías, cafeterías, carnicerías, tiendas de regalos, aparcamiento, cajeros automáticos, la “zona de fuentes”… y muchos sitios donde comer.

Como el notable The Counter Burger (crea tu propia hamburguesa marcando panes, toppings, quesos, tipo de carne y demás en un papel), uno de esos Nando’s que tan poca gracia me hacen, un Itsa (ricas sopas y ricos bagels), un Wagamama, un restaurante de Jamie Oliver (creo que el único en Dublín), el mencionado Five Guys,  y varios más. Yo suelo leer mis comics recién comprados en el bb’s, un sitio donde hacen unas muffins muy ricas y un café francamente regular, asé que si lo pido suele ser americano, a palo seco. Esta gente no está para florituras. Foto de lo que me zampé una vez en bb’s aquí debajo:

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Pero si me quedo aquí es por la cantidad de luz que entra, al estar “al aire libre” dentro el centro comercial (vamos, que no está dentro de sus propias cuatro paredes) y frente a los ventanales de la entrada del centro comercial, aquello es una explosión de luz y de color. La luz no puede desperdiciarse en Dublín. A mi me viene guay para leer, para alegrar el espíritu y para meditar sobre el sentido de la vida. Pero sobre todo para leer.

Ahora tienen puesta la pista de patinaje donde están los niños dándolo todo (guiados por unos pingüinitos-manillar para que no se caigan absolutamente entrañables). Yo no pienso aventurarme a ponerme unos patines y partirme el coxis aunque eso podría propinarme una baja laboral con lo que… oye, os dejo, tengo que ir a hacer una cosa. Un saludo.

Mis problemas con el inglés, más de dos años después

Me sigue costando el inglés o, más concretamente, el irlandés, que como ya os dije es un idioma distinto. Hagamos una pausa antes de iniciar el camino del post para detenernos en dos expresiones con múltiples posibilidades:

  1. Croqueta-mente: hacer algo de forma contenida y prieta, como una bolita de bechamel y trocitos de jamón a punto de ser devorada. No se me ocurre ninguna situación práctica donde aplicarla.
  2. Con Creta-mente: hacer algo con el espíritu de Creta y los cretenses en el pensamiento, presentes en la acción aunque sea en espíritu. Tampoco se me ocurren situaciones.

El tema es que el irlandés me sigue costando. Entre que los irish hablan muy rápido y que pronuncian como para su solapa, ignorando los más de 30 años de distancia que me separan de su idioma, me sigue costando HORRORES entender bien y a la primera a cierta gente. Mayormente, al irlandés que ha vivido siempre en Dublín. Tienen un acento tan cerrado que es prácticamente indescifrable. Y mira que llevo ya tiempo por aquí, pues nada…

Me frustra porque empiezo a creer, sinceramente, que es culpa suya. Sí, claro, soy yo el que he venido a tu ciudad a vivir pero… ¿qué tal hablarme como si no fuera tu colega del barrio? ¿qué tal hablarme como si no hubiéramos ido juntos al cole de pequeños? No te pido que me hables deletreando y a veinte por hora, como si no supiera inglés, solo te pido que ralentices un pelín… que ENUNCIES un pelín… que te comportes como si el idioma fuera un puente para unirnos. ¡Crucemos juntos el puente de la manita, fundámonos en un abrazo erótico que nos una ya por siempre!

Esta frustración sale a relucir cuando hablo con un irlandés, nunca con un no irlandés. Esto es así: con un irlandés hay veces que ME TRABO. Como si no supiera inglés. Me pongo nervioso, siento que no estoy a su altura verbal, debo escalar rápidamente esa pendiente y repaso mentalmente la frase que acabo de decir mientras afino el dial de mi oreja para descifrar su próximo trabalenguas… hay tantas variables que rara vez atino con UNA CONVERSACIÓN FLUIDA con un irlandés.

Debo mejorar, podría poner empeño en TRY-TRY-TRY pero hay veces que lo único que pienso es «ni te entiendo ni te interesa»… Mañana nos vamos a Glasgow un par de días. Allí no creo que mejoren las entendederas, precisamente.

Un café bueno, un café horrendo, un helado glorioso

Si en este blog sobre LA VIDA DE DOS ESPAÑOLES EN DUBLÍN me paso casi más tiempo hablando de comida y bebida que de Dublín es porque soy absolutamente tragaldabas. Me encanta comer, si alguien me llama en mitad de una comida QUIERO MORIR, el mejor momento de mi día libre es irme a una cafetería a leer… En fin, un señor viejo y panzudo. Así que hoy estamos aquí para recomendar un café y para alertar del peligro que supone otro, uno que es 100% horrendo. Empecemos con lo bueno, el café de Joe’s.

Joe’s es una de nuestras cafeterías favoritas de Dublín. Tiene un par de locales en la ciudad pero el nuestro es el que está dentro del centro comercial Arnotts (suerte de Corte Ingles menor, muy menor), entre Henry St y Abbey St. Si estáis por el centro de Dublín de compras o turismo y os apetece un buen café, huid como de la peste de Insomnia (cadena Irish donde el café sabe a rayos) o del café que dan en Centra, Londis y similares. Venid a Joe’s de cabeza.

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El local es muy elegante, con lámparas y un juego de colores sobrios pero no serios, me gusta la mesa comunitaria y las banquetas… aunque confieso que a veces echo de menos un buen sofá donde reposar este hermoso culito. Lo mejor, claro, es el café. Pedid un latte grande y tendréis uno de los mejores cafés de Dublín, rematado con la formita en la espuma por uno de sus baristas, por supuesto. Importante no echar azúcar al café. Ni a este ni a ninguno. Si probáis un café de cualquier sitio y uno de Joe’s notareis la diferencia. Antes valía 3 euros el normal y 4 euros el “exótico”, pero ahora han subido el normal y bajado el exótico. Vamos a seguir pidiendo el normal, no nos engañéis.

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Tienen algun bollito, aunque poca cosa, ademas de sandwiches, ensaladas y zumos embotellados super-caros. Jamas nos hemos acercado a ellos. Otra cosa guay de Joe’s es su loyalty card, por cada cinco cafés, uno gratis. Esto es norma en Dublin y rara es la cafeteria que no tiene Loyalty Card, asi que pedidla siempre.

SUPER TIP LA PINTA ROJA: Si os entra un pis urgente, o un popochito, no teneis que salir a la calle. Subid a la planta 2 (mujeres) y 3 (caballeros) de Arnotts para hacer de lo vuestro. De nada.

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Vamos con el café malo, DANGER! DANGER! Bueno, dos. Alerta doble. El café en Dublín es TOP. Como ya he dicho en repetidas ocasiones, un café en Dublín es un producto “Premium”. Lejos de ser ese “ABC” de Espana y su “café con leche caliente o templada”, aquí te los preparan baristas profesionales (formados en ACADEMIAS, que concursan en competiciones MUNDIALES) y te ponen un café ESPECTACULAR DE SABOR, con dibujitos encima y una cremita muy disfrutable. Importante: nunca, NUNCA, echarle azúcar al café. El azúcar se come el sabor del café y no hace falta ninguna. Cada vez que voy a Madrid tengo que echarle uno o dos sobrecitos de azúcar al café con leche que me ponen (ese sabor del café es rudísimo asi a pelo), pero en Dublin llevo dos anos sin echarle azúcar al café. Sin embargo, el hecho de que el café este tan rico en tantos sitios no significa que este rico EN TODOS LOS SITIOS. Os digo dos donde no debéis pedirlo bajo ningún concepto: Insomnia y KC Peaches.

El primero es una cadena irlandesa de cafeterías (que en teoría le planta cara a gigantes extranjeras como la americana Starbucks y la británica Costa –su chai latte es formidable y una bomba calórica-) cuyo café sabe directamente a rayos. No he probado los rayos, pero no deben saber mucho peor. De Insomnia me gusta su logo y su combinación de colores. SU CAFÉ ME PRODUCE ARCADAS. De KC Peaches os recomiendo pedir una ensalada o un bollito, todo muy rico, pero la única vez que probamos un café en su local frente al Trinity College, sentimos un asco muy intenso. Lei luego en algún foro que eso es que tienen la maquina de café mal calibrada porque en teoría su grano de café y la propia maquina es buena y tal y cual… no se, no pienso comprobar si ha mejorado.

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Otro asunto son las maquinas de café habilitadas por estas cadenas (Costa, Insomnia o Bewley’s) y que puedes ver en delis tipo Centra/Spar o en gasolineras. No piquéis. El café, hecho por una maquina, no dejan de ser polvillos sin ese toque humano del barista que sabe como preparar y servir un café. Aunque si no os queda mas remedio, pillaos el de la maquinita de Bewley’s que tienen dentro del Dunnes Stores que hay frente a la estatua de James Joyce en pleno centro de Dublin. El sabor es casi pasable (keyword: casi) y creo que vale 1,50 euros, mas barato que ningún otro de la ciudad.

NUNCA cometáis el tremendo error de pedir uno de esos cafes de un euro del Subway. Ese producto caliente que sirven, evidentemente, no es café. A lo mejor es Makolate

Y oye, ya que estamos… ¿habéis probado la fórmula Café + Helado? Es loca. Es gozosa. Quería recomendaros los helados de Ben & Jerry’s. La mayoría de ellos, pero no cualquiera. Son GLORIA. Gaynor. Dicen que el helado de Ben & Jerry’s es como el hombre negro: una vez lo pruebas, no vuelves a lo de antes (Häagen-Dazs). Ojito al helado de Reese’s Pieces (o helado de peanut butter cups porque no hemos querido pagar derechos…)

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Este helado, Dios le bendiga, nos ha dado noches de gran felicidad. Obviamente, una vez lo abres y pruebas la primera cucharada, es metafísicamente imposible no acabarse la tarrina entera en esa sentada. Esto es entre dos personas, claro, pero me atrevo a decir que en una noche loca me podría pimplar entera la tarrina yo solito, y supongo que alguna vez lo he hecho (ahora mismo no lo recuerdo, pero me parece una proeza muy mía, encaja con mi perfil). El sabor, claro, es pura maravilla. Los “tropezones” de peanut butter saben totalmente a Reese’s Pieces (uno de los productos más ricos jamas creados por el hombre) pero lo que está aún mejor es la crema del helado, que sabe igualmente a Reese’s Pieces pero aún mas soft y delicioso. Es un helado ideal para sentirse gordoncho, para entregarse al bolismo.

Fotos del posts hechas en Joe’s cuando hacía un poquito más de luz solar…

Sandwiches guays en 147 y Fallon & Byrne

Una de las cosas mas chachis de Dublín es que, dentro de que comen horriblemente mal, hay ciertos productos que trabajan muy bien. Uno de ellos es el café, far superior than the coffee we have in Spain. Otro, que pueden llegar a bordar son los sándwiches (aquí metemos cualquier bagle, wrap, bocata, baguette… todo lo que vaya entre dos superficies de harina es un sándwich, ok? Un “entrepans”, como dicen en Cataluña, qué acertados ahí). En España a la hora de la comida no es muy normal irse a comer un bocata. Somos más de menú, ese querido menú del dia, qué rico, qué maravilla, qué nadie nos lo quite. Pero aquí en Dublin es lo más normal del mundo (de hecho, es la norma) comerse un sándwich en el lunch. Gracias a Dios, hay locales que luchan contra esa mediocridad del “bocata de pollo y de ahí no me sacas” y, bebiendo de unas influencias claramente norteamericanas, se están currando unos sándwiches que puedes morir del gustito.

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Os voy a recomendar un par de sitios donde los bocatas son de algo copete: Deli 147 y Fallon & Byrne. El primero es uno de mis sitios favoritos de toda la ciudad. Yo voy por el café, pero los sándwiches son brutales (seguir su cuenta de Instagram merece la pena solo por deleitarse con el making of), tienen una variedad notable y el sitio se ha ganado familla gracias a ellos. Respecto a Fallon & Byrne, el sitio se merece un post individual, pero diré rápidamente que es un sitio super-pijo con comida gourmet (tipo Rincón del Gourmet del Corte Inglés, para que os hagáis una idea), o sea, que cuesta todo un riñón and part of the other (… this is not my real English).

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Sin embargo, la oferta diaria de sándwich + sopa (¿el menú del irlandés?) del Fallon & Byrne es potente y aceptable de precio, con sándwiches muy ricos (las sopas ídem, solo vigilad que no sean muy picantes –esta gente le pone picante a todo-) y muy variaditos, que si Brie con pepino, que si el de pastrami, que si el New York Reuben o como se diga, que si el Croque Mesieur… de todo.

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Ojo, aquí la gente almuerza a las 12 del mediodía. No es aconsejable intentar ir a mesa puesta, en Deli 147 y Fallon & Byrne las mesas a esas horas están disputadísimas, que es una palabra muy fea.

Fotos del post de Fallon & Byrne (o sea, mías, pero que lo que retratan es Fallon & Byrne, hice las fotos en el deseo de robar su alma y llenarme de bocadillos gratis)

Alquilar un piso en Dublín (Good luck with that!)

Muchas veces le digo a Loida que “esta ciudad se cree Londres”; y no precisamente por sus bocatas de pollo (que también se consumen mucho en Trafalgar Square, pero a escondidas, en la noche), sino por lo mucho que cuesta alquilar un piso en Dublín. Si no ponen en el precio “un ojo de la cara” es por pudor.

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El otro día miraba en Daft (el Idealista local) pisos en la bonita zona de Smithfield y el más barato eran 1.800 euros al mes. Pero quiénes se creen que somos, ¡¿¿Gonzalo Miró??! No, mire usted, nosotros somos gente humilde. Gente de la calle. Si tuviera 1.800 euros para gastarme en alquiler cada mes viviría en el Upper East Side, con Blake Lively. Oh yes, with Blake Lively herself. A eso hay que sumarle las bills de tele, internet, luz, agua (ese misterioso impuesto del agua que se paga pero que no se paga), basuras y oxígeno por respirar. Vamos, que la cosa se te pone en bastante más de 2.000 euros al mes. Y estamos hablando de pisos modestos, de batalla, del día a día, un living room, un dormitorio, una cocina y hasta luego Lucas. En una zona just ok de Dublín. Pero a quién se le ha ido la cabeza de esta manera y cuándo se la vamos a cortar.

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Vale que aquí hay muchas “multinacionales que pagan bien” (aunque he leído en el Irish Times que Trump va a empezar a tocar la corneta para llevarse de vuelta a USA a las Google, Facebook, Yelp…) pero no pagan tan bien como para pagar precios de Londres o Nueva York. Esto es Dublín, donde el cutrerío campa a sus anchas. Paguemos precios de alquier acordes con la realidad de la ciudad. ¿Se dice “acordes a” o “acordes con”? Tengo que preguntarle a Jimmy… En fin, que de momento nos toca seguir en nuestro pisito de 750 euros al mes en pretty much el city center (no lo es, pero moviendo un poco los pieses lo es). Comparando con lo que hay por ahí, es una auténtica ganga. Supongo que la ausencia de luz solar, que esté enfrente de un palomar y que sus paredes parezcan un queso de gruyere son males necesarios.

Cash back en Dublín: Saca pasta anywhere, anytime

Un fenómeno propio de Dublin y de Irlanda que estaría guay copiar para España (no estoy seguro de si ya se hace en una en varias ciudades, sé que en Madrid, por la última vez que lo intenté, no) es el del cash back, consistente en poder sacar dinerito contante y sonante en cualquier sitio por tu cara bonita. Ejemplo: entras en el Dunnes Stores y te compras un miserable paquete de chicles que no cuesta ni euro. Bueno, pues sacas tu tarjeta de crédito o debito, LIKE A BOSS, y pagas tus chicles con ella. Antes de que te cobren, el dependiente o dependienta te pregunta: “Do you want cash back?”. Es decir, “¿Quieres sacar dinerito fresquito de la tarjeta LIKE A BOSS?”. Si dices que sí, y que quieres, por ejemplo, 20 euros, la dependienta o dependiente te cobraran 20,90 euros por la transacción. U sease, 20 euros que sacas en efectivo para pagarte tus vicios y 90 céntimos que cuestan los chicles.

Lo de cash back es, básicamente, convertir todos los comercios de Dublín en un cajero automático a tu disposición. Es una cosa utilísima cuando vas con prisa y no puedes pararte a buscar cajeros all around the city. Esto lo puedes hacer también en restaurantes y otro tipo de tiendas. El cielo es el límite (no he probado si en los aviones de Ryanair, EN PLENO VUELO, se puede sacar cash back… aunque teniendo en cuenta que allí arriba sirven crisps sándwiches, todo es posible).

Hombre, para controlar gastos no es lo mejor lo de ir sacando pasta en cada transacción económica, pero rápido y útil es un rato. A todo esto, hay una peli de hace varios años que se llama “Cashback” y que no tiene nada que ver con esto, pero su argumento me ha intrigado: el protagonista se aburre tanto en su trabajo que ha adquirido la capacidad de parar el tiempo, o algo asi. A bajarla. Plenamente identificado con el protagonista. Salvo por su capacidad de parar el tiempo. Yo en mi oficina solo tengo la capacidad de extenderlo hasta el infinitivo…

Las recruitment agencies de Dublín deben ser borradas de la existencia

Llevo queriendo cambiar de trabajo incluso desde antes de empezar el que tengo, o sea, que la travesía es/está siendo larga. Es por ello que tengo que lidiar (lozano) en no pocas ocasionas con las tan temidas empresas de trabajo temporales (ETTs en España) o Recruitment Agencies en Irlanda. Son bastante necias y propongo (al viento… a un mágico ser que vague por el viento) prescindir de ellas para siempre. Por un motivo muy sencillo: no hacen ningún tipo de trabajo útil para la sociedad o para las empresas que contratan sus servicio. Os voy a poner un ejemplo práctico de cómo “trabaja” esta gente and after that I will simply rest my case:

Jueves, 15.30. Salgo de mi trabajo y miro el móvil, llamada perdida de un número largo que no me suena, o sea, ETT. Tengo un mensaje de voz, lo oigo. Una chica diciéndome que mi CV es super-awesome y que tiene el trabajo perfecto para mí, que la llame o le diga a qué hora me puede llamar. Llamo. Ya no está en la oficina. ¿A qué hora me dejó su mensaje? A las 15.25. Es decir, me ha dado cinco minutos de margen para “activar” mi candidatura a nosequé trabajo de mis sueños. Como no he devuelto su llamada en cinco minutos (estoy trabajando y ni siquiera soy consciente de que me ha llamado), estoy INAHIBILITADO para hacer nada hasta el día siguiente. No me pudo llamar cualquiera de las ocho horas anteriores en las que trabajaba la muchacha, no, me tenía que llamar cinco minutos antes de salir por la puerta. Ok. El viernes por la mañana la llamo… ooops, sorry, el puesto ya ha sido ocupado por otra persona. Estooo… what?? ¿¿Ya ha sido ocupado?? ¿En qué periodo de tiempo se ha colado ese señor o señora? ¡Se ha colado por el canto del tiempo!

Yo no sé vosotros, pero a mí me parece que esta forma de actuar (“llámame mañana para posible curro, uy, no, pero por qué me llamas, que ya ha sido ocupado, besis”) se merece UNA BUENA CACHETADA EN EL CULO. Y, tras esto, eliminar la ETT. Que cese en su “actividad”, por así llamarla. Tengo más argumentos. Por ejemplo, otra de las técnicas mágicas de esta gente es preguntarte todo lo que ya pueden leer en el CV que tú les has hecho llegar (ya estaba alojado en la web de trabajo donde te apuntaste PERO ELLOS TE PIDEN QUE SE LO MANDES AGAIN). Bueno, pues te llaman como para echar la mañana, para llenar un cuartito de hora muy rico. Y cuéntame un poco en esta empresa qué es lo que hacías… ESTOOO, EMMM, VIENE ESCRITO EN EL PAPEL QUE ESTÁS LEYENDO. No entiendo el sentido de estas llamadas de contacto inicial. ¿Quieren sentir si mi karma es bueno? ¿Quieren detectar por mi voz si mataré a todos mis compañeros de trabajo cuando me den el trabajo? Bueno, pues sabed esto: SOLO A VOSOTROS. Las Recruitment Agency son un tapón, son un middle-man, no suman. Deben ser extinguidas.

Me han puesto una multa por colarme en el tranvía de Dublín

El otro día me pusieron una multa en el LUAS. Por colarme. Teníamos un acuerdo tácito, recordad, solo me colaría cuando fuera estrictamente necesario, y puesto que sería estrictamente necesario, mi delito seria invisible para cualquier revisor que se cruzara en mi camino. El destino mantuvo el acuerdo, pero yo quise ir de listo, me lo salté, y multa al canto. La cosa fue tal que así:

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Llevaba ya unas dos semanas, enteras (laboralmente hablando, o sea cinco días por semana), colándome en el LUAS como Pedro por su casa (Pedro, ese hombre icónico en sus movimientos absolutamente libres por su hogar, no como los movimientos restringidos, coartados, de todos los demás). Me colaba hasta cuando no hacía falta, hasta cuando tenía 25 euros de crédito en mi Leap Card. Me colaba porque IBA SOBRADO, me colaba porque YA LE HABÍA PILLADO EL TRANQUILLO. Me colaba porque TENÍA CONTROLADO CUÁNDO PASABAN LOS REVISORES. Pero aquella tarde, la tarde de la fatídica última colada, algo olía a podrido en Dublín (probablemente mi mochila, llevaba las cáscaras de dos plátanos que me había comido en el lunch, eso se pudre muy rápido). Subí en el LUAS sin pagar pese a ese pellizquito que me dio el destino, en plan “muchacho, ya estás abusando, estás desestabilizando el orden natural de las cosas”… pues sí, fui ahí a desestabilizar, a forzar. Y tanto va el cántaro a la fuente que se rompió y me mojó más que a una Miss Camiseta Mojada (noble y legendario concurso).

Apenas llevaba una estación de viaje gratis cuando se subieron al vagón tres señores con monos rojos (vestimenta, no chimpancés colorados y, por tanto, mutantes). Como soy un pardo bazán, me había sentado como un viejo justo al ladito de una puerta. Y como esta gente PARA DE BUSCAR en cuanto pilla un polizón pues… PILLADO y curro hecho para la tarde. Claro que me molestó 1) Que me pillaran y 2) Que me pusieran una multa, pero casi al mismo nivel que esas dos cosas está esta: 3) Que me pusiera justo al ladito de la puerta como UN PARDÍSIMO BAZAN. Si me hubiera puesto un poco más alejado, tal vez los hados de las coladas me hubieran echado un último cable y los revisores habrían pillado a otro tipo aun más pardo bazán que yo.

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La multa fue de 45 euros, que me pareció baja. Esta gente suele exagerar mucho las multas y andan todo el día alertado en carteles, creía que sería algo así como 100 eureles. Fueron 45 y, ojo, HICE MI VIAJE DE COLADURA GRATIS (por mucho que el revisor amenazara con echarme, mi viaje hasta la estación que quería lo hice DE GRATIS –es mi pequeño motivo de orgullo en este descalabro-). Como tenía 20 euros en mi tarjeta me arriesgaba a que me los quitaran o congelaban si no pagaba la multa… así que la pague. Pero online. El tipo insistió mucho en pedirme algún documento y me excusé en que no suelo llevar “my Spanish ID” al trabajo y que, por lo tanto, no tenía ningún documento para identificarme. I played the expat card. Y coló. O no coló. Pero supongo que no están autorizados a cachear a los pardobazanes, así que me puso la multa y me dijo que tenía 30 días para apelar (el tribunal de apelaciones, como los clubes de la liga) o pagar, que mirara en la web.

Le di muchas vueltas al asunto (podía no pagar la multa y pillarme una nueva tarjeta –no llevan nombre ni foto, se compran en cualquier tienda-…) pero como soy un Dawson de la vida, me dejé de historias, pagué los 45 y conservé los 20 que tenía de saldo en m tarjeta. Y, repito, HICE EL VIAJE GRATIS COMO UN PARDO BAZÁN ORGULLOSO. Desde entonces no me he colado ni una sola vez. Vamos a dejar un tiempito, que los hados de las coladuras hagan las paces conmigo y ya estudiaremos el caso. De momento solo me colaré cuando llegue con la lengua fuera al LUAS y no me de tiempo a pasar la tarjeta. Eso sí, voy a buscar en Google “how to trick LUAS machines”… Hecha la máquina, hecha la trampa. Que sería una buena frase promocional para Terminator Genesys 2. Oyer, Terminator Genesys es muy divertida, vedla. Y no os coléis en el transporte público. No demasiado. No forcéis.

¡¿Pero qué les pasa a las gaviotas y las palomas de Dublín?!

El turista se lleva las manos a la cara para protegerse, flipando con que las palomas hayan roto el pacto y vayan a atacarlo sin mediar palabra

Una pequeña advertencia por si venís a Dublín: las palomas y las gaviotas no forman parte de la sociedad. En España teníamos un acuerdo con las palomas: nosotros no nos metíamos con ellas y su extraña forma de andar, y ellas no nos hacían caca en la cara. Ni eso ni amenazaban con volar en dirección a nuestras lindas caritas. En Dublín ese pacto fue DINAMITADO en algún momento de la historia y aquí, las palomas, TE ATACAN. He perdido la cuenta de las veces que he tenido que arquearme a lo Neo en Matrix para esquivar a una MALDITA PALOMA que se precipitaba desde el cielo hacia mi cuerpo como un piloto japonés kamikaze asaltando el puerto de Pearl Harbor. ¡¡Malditas palomas!! ¡Nunca tendréis mi cuerpo! ¡NUNCA!

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En serio, que te vuelan a la cara, que no se apartan, que te desafían continuamente. El Irish ya está acostumbrado, pero el asombro del turista es diario y siempre repite el mismo proceso:

ASÍ ASUSTAN LAS PALOMAS A LOS TURISTAS EN DUBLÍN (DANGER!):

1) El turista se lleva las manos a la cara para protegerse, flipando con que las palomas hayan roto el pacto y vayan a atacarlo sin mediar palabra
2) La paloma da un giro a lo Fast & Furious en el último segundo, como si fuera una maldita conductora en el polígono, y apenas le roza el codo al humano que ha visto pasar toda su vida ante sus ojos
3) El turista respira aliviado, consciente de que si las palomas quisieran, todo esto sería suyo. Lo dicho, mucho cuidado con ellas, no actúan en sociedad como en España, aquí son UNRELIABLES, como la narradora de una novela de Gillian Flynn.

Respecto a las gaviotas irlandesas, también traigo malas noticias: SON LA PERSONIFICACIÓN (¿ANIMALIZACIÓN?) DEL MAL. A ver, son muy bonitas suspendidas en el aire, como cometas sujetadas por una cuerda invisible, forman una estampa para enmarcar… pero cuando bajan al barro y empiezan a destrozar bolsas de basura (picoteándolas hasta abrirlas y desparramar todos los restos de comida por la acera) o cuando deciden pelearse con otras gaviotas, son pura maldad. Sé que son malas, tienen la mirada aviesa. Si tuvieran bigote, se lo atusarían. Loida vio a una gaviota lanzarse sobre el sándwich que tenía un pobre señor por la calle, se lo arrancó de la mano con el pico y se lo llevó volando a su maldita guarida llena de gaviotas conspiradoras. Son fanáticas del robo. Son nuestras enemigas.

Gisela de OT en Dublín, dándolo todo

Esta semana me toca turno de noche en  mi querido trabajo. Esto implica entrar al laburo a las once de la noche de un día y salir del edificio a las siete y media de la mañana del día siguiente. Una cosa bastante loca. Sigo aguantando el tirón porque yo, al igual que Tom Cruise, viviré por siempre. Pero no puedo negar que cada vez es más duro. Es por ello-oye que recurro a ayudas como capsulitas mágicas de Reese´s Pieces, tazas de café non-stop, latas de Monster y similares… y podcasts. Anoche escuché el de Viruete sobre la primera edición de OT y cayeron bastantes risas y recuerdos… además de un descubrimiento. Dijo Viruete que Gisela se había metido a youtuber y cuál ha sido mi sorpresa al descubrir que, no solo es que esté la tipa dándolo todo con la cámara, es que hace poco estuvo en Dublín y alrededores y se cascó dos vídeos relatando la experiencia. Son bien curiosos y aquí os los dejo (de todas las celebrities que han estado en Dublín, os dejo la experiencia de Gisela, gozad):