Nieva en Dublín y a la gente le entra el satanic panic (Snowmageddon)

Pues eso, ha nevado (en el Instagram de La Pinta hay pruebas), nieva y más que nevará. Como en buena parte de Europa. Pero el tema es que en Dublín se anuncian nevadas para esta semana y la gente ha enloquecido como si llegara, finalmente, la invasión zombi. El pueblo HA ARRASADO LOS SUPERMERCADOS como si no hubiera un mañana. A veces, estoy hay que decirlo, es un pueblo un poco palurdo. Que sí, que el Huracán Emma llega pisando fuerte… pero creo que los dubliners han entrado en trance.

Fotos de cómo han quedado dos supermercados de los grandes, tremendo el arrample. #Snowmageddon y #Snowpocalyse indeed:

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Cardboard Gangsters (2016): Knackers y mafias de Dublín, la película

Esta película es tan real que es más real que la propia realidad. El post que escribí sobre los knackers (borrachos, drogadictos y delincuentes de los barrios más chungos de Dublín) se queda cortísimo al lado de tan solo cinco minutos de esta película, los que queráis, a boleo. Esto es PURO DUBLÍN, lo que sin duda es terrorífico pero también apasionante. Buscad Cardboard Gangsters (Gangsters de cartón, o sea, Gangsters de pega) en Netflix, mirad esa hora y media de trapicheos, tiroteos, folleteos e imposibles historias de redención para gente condenada desde su propio nacimiento y descubrid cómo vive la otra mitad de Dublín. Como digo, terrorífico y apasionante.

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La peli es un retrato absolutamente fidedigno de lo que pasa un día sí, y otro también, en las zonas más conflictivas-pobres de la ciudad. Gente que debe pasta, que atraca tiendas y trafica con droga para pagar lo que debe ya que no tiene trabajo, mafias rivales que se enfrentan a todo lo que ponga en peligro su cortijo, la Garda (poli irlandesa) siendo tomada por el pito del vecino, asesinatos a plena luz del día, asaltos a las casas ajenas a martillazo vivo, postureo de tipos duros en mitad de la calle, cadáveres al alba, novias chandalistas gritando las infidelidades al viento, novios pandilleros drogándose como si no hubiera un mañana y poniéndoles los cuernos… lo dicho, un relato fascinante de la otra Dublín, la que da verdadero miedo, y de la que trato de alejarme todo lo que puedo y más. En ella no duraría ni un nanosegundo.

A pesar de todo, la peli no es nada más que eso. Una historia de trapicheos varios entre bandas rivales de Dublín. Punto final. Curiosamente, el director se las ingenia para que quieras con todas tus fuerzas que el protagonista tenga un final feliz. Para saber si lo consigue o no, tendrás que ver la peli. Si la ves, te llevarás dos bonus extras: el primero, descubrir el desconcierto de Netflix cuando el prota pronuncia «Marbella» a lo Irish, a veces lo subtitulan como «Marbel» y a veces como «Maribel», jajajaja; y el segundo, comprobar que no mentí cuando dije que en Dublín no se habla inglés, sino irlandés, que es una cosa muy distinta. La peli me ha gustado más que la anterior, pero no da para las cuatro estrellas, así que…

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Buscando piso en Dublín

Escrito en mi trabajo, no hay comas, no hay nada. ES UN DESCAMPADO ORTOGRAFICO. Estamos intentando cambiarnos de piso, o mirando pisos, o… que se yo, estamos en esa pomada. Si surge una oportunidad golosa, hacemos el petate y nos mudamos. El único problema es que DUBLIN SE CREE QUE ES LONDRES (MAYUSCULAS = Senor enfadado) y que los alquileres han sky-rocketed en los últimos anos que flipas. Anos me refiero a un periodo de 365 dias, no al orto. Por menos de 1300 euros al mes (sin bills, claro) no existe nada.

Por si abonar esos 1300 euros mensuales (que seria casi doblar lo que pagamos de alquiler) fuera poco, el verdadero problema es que esos sitios son autenticos lodazales. Habeis visto El cuchitril de Joe? Es una peli de Jerry O’Connell (pese a su apellido no es un actor irlandes, salía en una serie en la que volaba con ambientadores) en la que habla con las cucarachas de su piso, que se han apropiado de la vivienda. Pues ese piso? Mejor aspecto que lo que se alquila aquí por 1300 euros. Hay fotos de pisos que son el autentico SATANIC PANIC. Sitios feos, grises, sin que entre la luz (no es que en Dublin haya mucha… pero la que va dentro de la portería no me la eche fuera, que se dice), de cocinas que comparten espacio con el sofá para ver la tele y con la cama no muy lejos de alli. Autenticas bacanales romanas de la decoración. Casas feísimas y carísimas.

Por no mencionar su tamaño: BREVISIMAS (que maravilla, el propio teclado me ha puesto tamaño correctamente… ya nos vamos entendiendo). Mi amiga Marietilla me pregunto una vez que cuantos metros cuadrados media nuestro piso y le dije que ni pajolera idea porque aquí NO USAN LO DE LOS METROS CUADRADOS (señor enfadado). En los anuncios de las webs de pisos no aparece indicado el numero de metros cuadrados de la vivienda que mirais para alquilar (os reto a que lo comprobéis en daft.ie o rent.ie). En las descripciones ponen cosas del tipo “muy espacioso” para muchos metros cuadrados o “espacio muy bien aprovechado” para las casas creadas para ratas. Si quieres conocer los metros cuadrados del piso vete alli con el metro, ellos no te lo van a decir. No se si en nuestro contrato venia indicado lo de los metros cuadrados del piso pero claro, tampoco indicaba que el material del que esta hecha la vivienda es EL TEMPANO DE PURO HIELO, asi que…

En fin, que hace unos meses se nos presento la oportunidad de un piso relativamente “moderno” (estos Irish y sus casas de 200 anos… en este caso me refiero al orto) por 1200 al mes no demasiado lejos del centro. Nos pusimos, o me puse, a hacer un regateo absurdo con el único propósito de que nos dijera que no y asi seguir ahorrando dinero al mes en alquiler. Bueno, pues felicidades campeón, el casero aquel tan majete ni siquiera contesto a mi contra/oferta de lo ridícula que era y el piso ha volado. No he visto, en las tres semanas que llevo buscando intensamente, un piso tan “bien” de precio y aspecto. Un piso donde invitar a los padres y que no piensen “que mal lo debe de estar pasando…”. En fin, que seguiremos buscando y si hay algún update pues aquí lo contaremos. Solo digo que estamos cansados de tener tantos problemas en casa. El vaso se ha colmado hace tiempo… pero claro, no es un vaso de 1300 euros al mes.

 

 

Standby (2014): Comedilla romántica para conocer (un poco) Dublín

Nota 1/ Escrito en el trabajo = No hay tildes ni muchas otras cosas, my eyes are crying too

Nota 2/ Inauguro esto de hablar de pelis irlandesas pocos días después de que los Cineworld, los cines de tarifa plana que tengo a 20 minutos de casa, cerraran casi un día entero porque la policía estaba investigando una muerte dentro!! En mi trabajo especulamos con un asesinato; en el de Loida, con un suicidio.  No lo sé a ciencia cierta, solo deseadme suerte.

A la hora de afrontar la critica de una peli (escribir una, digo) siempre me encuentro con el mismo problema: no tengo ni pajolera idea de como se hace. De como se hace bien. Como ya decia en mi otro blog (el up close and personal, con Michelle Pfeiffer y Robert Redford), me parece un arte dificilísimo, las mejores criticas se leen tan sencillo y tan fácil (las de Rogert Ebert serian el ejemplo mas claro) que uno piensa que escribirlas debe ser igualmente sencillo… pero no. Hay un misterio en eso de conjugar el resumen del argumento, resenar los valores cinematograficos y exponer la opinión propia que a mi no me ha sido revelado (como tantos otros…). Así que voy a escribir directamente mal, sin revisar el texto, además hoy en día cada vez tengo menos tiempo para escribir bien. En cualquier caso, decíamos ayer que había que ponerse las pilas con el cine irlandes, asi que he aquí mi primer intento. Veremos si es una piedra fundacional o una piedra en el camino. O una pedrada (most probably).

La cosa va de Alan (Brian Gleeson, de los Gleeson de toda la vida, nacido en Malahide, pueblito de la costa dublinesa, hijo del actorazo y hermano del actor más famoso que él que me pone de los nervios casi siempre, que tiene un aire a Ewan McGregor aunque del dia a dia, un Ewan McGregor de batalla –Loida me criticaría bastante esta comparación-) reencontrándose en el aeropuerto de Dublin (trabaja en la oficina de turismo dando mapas y diciendo a la gente como llegar a Grafton Street…) con un antiguo amor, Alice (la muy bonita Jessica Pare), con la que tuvo un FLIRT (yo lo digo asi, se pronuncia “FLEEERT”, prolongando mucho la “e”) hace ocho anos en Nueva York. La chica esta encallada en Dublin hasta que coja un vuelo a la mañana siguiente hacia la gran manzana (me refiero a Nueva York, no es un vuelo directo hacia una manzana… aunque hay aviones de Ryanair capaces de esto y de mas). A Alan le pica el gusanillo (DEL AMOR) y se propone hacerle un tour por Dublin que Alice va a flipar… y si hay suerte, hasta puede que reavive la llama de la pasión. Ojooooooooooo!

A ver, es una comedia romántica sencillita, de pasar una noche en different locations haciendo cosas «locas» al tiempo que chico-recupera-chica y esas cosas tan bonitas. Es pasable si os gustan las comedias románticas. Los actores están bien (el grupo de amigos viejetes tienen un par de frases cachondas) y los dos protas son likeables, así que p’alante. Respecto a Dublín, sale el aeropuerto, un local llamado Zaytoon de comida persa que cierra a las mil que llevo viendo toda mi vida aquí y donde nunca he entrado, un local gay de George Street super-conocido (actuación final), alguna calle de la zona «georgiana» por donde he tenido alguna dura entrevista de trabajo, el Spire y varias cosillas más. No es la mejor postcard de la ciudad pero mola encontrarse con sitios que pateas cada semana. Vamos a darle tres pintas de cinco, que es el estreno y hay que mirar las cosas con optimismo.

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Más cine irlandés, pleez

Director: John Michael McDonagh Año: 2014 País: Irlanda Género: Drama/Comedia – ¿Es lo único que importa? ¿La propiedad? ¿La posesión? – ¿Cuántas tierras son propiedad de la Iglesia? ¿Cuánto oro? – Esa es la Iglesia. Yo soy yo. Desde los primeros minutos esta historia engancha, con la declaración de intenciones que revela uno de […]

a través de Calvary — Saltos en el Viento

Me voy a proponer (ojo, me voy a, todavía no es ni propuesta….) ver más cine irlandés y luego cascarlo aquí. Mientras eso llega, reblogueo la crítica de Calvary del blog Saltos en el tiempo (pinchad en el link de arriba para leer su crítica completa). Tengo esta peli grabada de RTE (la tele pública irlandesa) desde hace unos dos años… a ver si muevo el culo.

La Pinta Roja 1×12: Transporte público en Dublín

Tranvías (LUAS), Autobuses (Dublin Bus) y Trenes tipo Cercanías (DART) intentarán hacerte la vida un poco más cómoda a la hora de desplazarte por Dublín. Palabra clave: «intentarán». (Opening Song: Crazy Train, Ozzy Osbourne, 1980). 

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The Barbershop of Capel Street

Yo siempre he otorgado más ese papel de «psiquiatras/psicólogos del día a día» a los peluqueros y no a los camareros. Siempre me he movido en peluquerías cutres y ponzoñosas, además. Soy cutre, no lo voy a negar. No me interesan demasiado los estilismos ni los adornos. Hace años durante una época (quizá tres meses) me dediqué a ir a un sitio fashion de Madrid, donde para cortarme la barba me quemaban las puntas wild con nosequé producto y me ponían un Nespresso mientras esperaba mi turno. Chau chau y bulebú. He vuelto a mis orígenes. Yo lo que le pido a un peluquero no son arabescos sino que reduzca la cantidad de pelo. No exijo más, pongo el listón bajo. Quizá que no me corte las orejas. (Pelón peleo las orejillas te han cortao, decía mi abuelo). Y, retomando lo que decía en aquella primera frase ya lejana del post, quizá también les pida una miajita de conversación, un contarle a un desconocido qué tal todo. No siempre me apetece, a veces en los taxis me disgusta profundamente, pero a veces se agradece. Y no sé porqué, en las peluquerías estoy muy abierto al diálogo. Quizá porque tanto tiempo rato callados dos señores el uno frente al otro es más incómodo que cualquier conversación incómoda.

En fin, que ya había encontrado un peluquero de confianza en Dublín, en Capel Street, una calle donde hay de todo y que está muy bien. El señor es bastante agradable, usa las tijeras como un profesional (salgo con menos pelo y las mismas orejas) y me suele dar una conversación animada, picoteando aquí y allá, con ese aire alegre y despreocupado de los irlandeses, aceptando la vida como viene, sin más. Pues bien, ayer en el trabajo intenté ver a qué hora abrían por la mañana porque hacía mucho que no iba (insisto, solo busco de estos sitios que corten una cantidad determinada de pelo)… y acabé dando con las opiniones de los usuarios, of course. ¿Hay algo que no se puntúe hoy en día? En fin, que es alucinante el contraste que hay entre las dos reviews que leí. Veamos la primera:

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Madre mía, que si el peluquero necesita un entrenamiento para ponerse al día en cómo se corta el pelo en el siglo XXI, que está yayo, que le hizo un destrozo, que en su trabajo fliparon al ver lo mal que le habían dejado… Pues bien, atención a la opinión del tipo que llegó después, un señor llamado Ben Waymark, que en apenas cuatro palabras (es decir, unas cuatrocientas menos que el anterior), cerró el debate:

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«Señor majo, corta el pelo». You, sir, just won the internet.

Dollard & Co, uno de los mejores food market de Dublín

Lo llaman «food market» y viene a ser una especie de Mercado de San Miguel de Madrid en pleno centro de Dublín. A dos pasitos de Temple Bar y dando al río Liffey (entre el Ha’penny Brige y el otro puente cuyo nombre no me sé…), han puesto el Dollard & Co., una cosa maravillosa que alberga dentro de sí varios «espacios para comer» diferentes, casi como mini-restaurantes dentro de un mismo local.

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El sitio es grandísimo y ahora mismo os lo describo, pero antes vamos a la parte «food» de «food market»: la comida está MUY RICA, solo hemos ido una vez pero éxito total. Nos pedimos un sandwich de Salt Beef con pepinillo, coleslaw casera y patatas, y oye, ESPECTACULAR. Me encanta el sandwich de Salt Beef desde que lo descubrí en el mercadillo de Brick Lane de Londres en un local super-cutre que es famoso también por vender un croissant multicolor (colgué una foto de semejante joya en la cuenta de Instagram de La Pinta Roja).

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Si no sabéis en qué consiste este sándwich, es básicamente lo de la foto de arriba, aunque a veces le añaden mantequillita en el pan para dorarlo, y otras veces le ponen buen queso fundidito en cada capa de pan, casos ambos que se cumplen en el Salt Beef sandwich de Dollard & Co. El salt beef es carne ahumada con especias y está topísima. Debajo un retrato del que nos zampamos Loida y yo, uno cada uno, que somos adultos. En la foto no luce tan bien como en el gaznate.

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Ya digo, el sándwich está muy rico, es bien GROSSO que dirían los italianos, y te quedas lleno. Yo quería probar luego las tortitas del lugar, que tenían una pinta espectacular con salted caramel y nosequé más mandangas… pero hasta un predator como yo tiene sus límites. Next time. (Ojo, el sandwich no lo regalan, son o 13´90 o 14´90 EUR, algo así, no recuerdo -soy viejo-, pero merece la pena, es una comida completa).

El local está francamente bien, es gigantón, con su sección de comida gourmet para vender (ya sabéis, salsas y pastas italianas, latas de conservas españolas, movidas americanas como masas para pancakes, refrescos de importación, carnes y embutidos de los caros, manzanas de las que abrillantan -literalmente, Loida vio el flus-flus con el agua-,etc.) y sus distintas zonas para comer: la de los bollos y cafés, la de las porciones de pizzas (me dijo un ex compi del trabajo que está muy bien), la comer en la barra a lo guay mientras ves como te lo preparan (donde comimos Loida y yo) y creo que algo más hay por ahí. En definitiva, un sitio muy recomendado, con mucho por explorar y descubrir. Volveré seguro, a por un round two del sandwich y a por mi primer encuentro con sus tortitas.

Pinchad aquí para un tour virtual de un minuto del local, os gustará.

PD. Leo aquí que el sitio se ha instalado en el Dollard Printworks, el edificio de acero más antiguo de Irlanda, a ver si investigamos este tema. (Visitad este link que tienen unas fotos chulísimas del sitio)