Casi 2 años en Dublín… Re-flexión

(Escribo esto a hurtadillas en mi trabajo, haciendo creer al personal que estoy haciendo aquello por lo que me pagan, entendereis que no pueda corregir las tildes y demas alegrias gramaticales espanolas, tenemos un teclado irish, asumamoslo, avancemos en el post y en la vida… eso si, a veces el teclado automáticamente corrige las cosas y pone tildes y cositas, no se muy bien como funciona esto, es un poco como mi trabajo, no se de que va)

Como decía Estopa en noseque canción “llega el momento, me piro”. Y es que la Loidita y un servidor nos piramos… durante unos días. Vamos a darnos unas vacaciones/homenaje que no se las salta ni Sergei Bubka con una de sus pértigas. A la vuelta de vacaciones solo nos quedaran dos meses para completar dos anos en Dublin (me veo en la obligación de aclarar que me refiero a 730 dias, no a dos falos de individuos). Como cuando se cumplen anos (de nuevo, días, no penes) se suelen hacer recuentos, revisiones y análisis, he aquí el mio sobre nuestro tiempo en la capital de Irlanda:

NUESTROS CASI DOS ANOS EN DUBLIN (ACLARO: ANUALIDADES, NO RECTOS DE VARON)

///El dublines oscila entre el palurdo (buscad el post de los knackers) y el posh “me creo que vivo en Londres”. Esta feo hacer aseveraciones asi a brochazos, pero esto es asi. Por supuesto que hay una clase media formada por gente normal, pero por las calles lo que destaca es lo otro. Esto es como Madrid, claro, si vas por la calle Serrano el panorama de gentes cambia enormemente con respecto a pesear por, que se yo, Colonia Jardin. Y yo he vivido en Colonia Jardin, se la clase social a la que pertenezco.

La chusma.

///Lo de la gente posh es para que se lo hagan mirar. Ejecutivos y as que se pasean por las calles comiendo su lunch hiper-cutre, maquilladas hasta el infinito y mas alla y exudando esa sensación de “lo estoy petando pero bien”. Es posible. Lo que no es posible es que los alquileres aquí se cobren de 1.000 euros p’arriba. O 1.200 euros. Vale que hay gente que SE CREE que esta en Londres, pero eso no significa que los landlords tengan que cobrar los pisos a precios reales de Londres (si, ya se que en Londres serán aun mas caros, pero aquí hemos venido a exagerar).

///Nuestra vida va bien. Va. Ha habido momentos en Espana en la que no iba. Que vaya ya esta bien. Pero aspiramos a mas. Aspiramos a aspirinas. Aspiramos, laboralmente, a algo de eso que echas la vista atrás y dices “eso estuvo bien”. Ahora lo que hacemos, al menos yo, es de echar la vista atrás y retorcer el pescuezo hasta que de el giro completo como la nina del Exorcista.

///El tiempo. Vaya tema. Loida lo lleva peor. Yo me alegro enormemente cada vez que sale el sol, que últimamente ha sido muy  a menudo. Loida lamenta que no pase mas a menudo o de manera mas sostenida (la principal característica del tiempo en Dublin es lo traicionero que es, te levantas con sol, sales a la calle y llueve, para a la hora de comer y por la tarde puede granizar, get used to it). Es inútil llevar paraguas, será destrozado por los vientos aniquiladores que se estilan por aquí. Recomiendo el desnudo total (me refiero a no llevar paraguas, no a descubrir vuestros oscuros cuerpos) o bien comprar EL SUPER-PARAGUAS, uno hecho de vibranium, adamantium, unobtainum y metal liquido. Un paraguas mejor es posible. Believe.

///Lo de la comida aquí no mejora, no tienen cultura gastronómica, se hacen sándwiches de jamon y queso, bocatas de pollo y a tirar millas. Lo único que mola mucho es comprarse sopas ricas en los super, no he tomado sopas mas ricas en toda mi vida, es lo único que bordan. Bueno, eso y el café. Su combinación de leche fresca y no pasteurizada con el excelente grano de café que tienen en un monton de cafeterías hacen del café dublines una autentica joya. Echarle azúcar a un buen latte es un delito.

///Uno de mis últimos descubrimientos son las chocolatinas caducadas del Tops in Pops (una “tienda de alimentación” de las que había antes en Espana). Son Mars, Twix, Snickers, tabletas de Cadbury, Crunch, etc. Pasadas de fecha que venden a precios ridículos. Lo ridículo seria no comprarlas y ponerse gocho, of course. Hace poco tuve un vicio buenísimo al Twix White (era edición limitada y esto a los aficionados a las marcas nos llena de orgullo y chocolatismo).

///Pero volvamos a lo del análisis de los dos yasabeisque en Dublin. Tema vivienda. Un rayo de luz se abre en el horizonte y es que LA HIJA DE LOS FILIPINOS, el molinete humano, se larga (recordemos en este post nuestro odio por ella). Los filipinos han decidido que su hija, como las vacas, necesita una gran explanada. Dios les asista con los problemas de comunicación de su hija. Nosotros ahora esperamos un periodo de paz y gente que no grite y corra por los pasillos. Es verdad que existe el temor de que vengan unos nuevos vecinos aun mas ruidosos, pero yo se que cualquier futuro ruido no perforara mi mente de forma tan dañina como los gritos de la nina. Veremos.

///Las ganas de mudarme por mi parte a un piso que no tenga 250 anos de antigüedad (91.250 dias, no chorrillas) siguen ahí. En este piso se cuela el frio como la gente en el metro, de manera diaria e impune (aunque en el metro de Madrid esta mucho mas justificado, dado que es uno de los peores medios de transporte creados por el hombre). El problema es que, como ya he dicho, los dueños de pisos se creen que esto es Londres y los precios son literalmente imposibles, impagables. Pero tener una terracita, una ventana por donde se colara la luz de vez en cuando, seria tan bonito…

///Los cuerpos. Personalmente, mi cuerpo va a peor. Como mal y hago ejercicio a destiempos, sin la constancia necesaria, sin un objetivo claro. Debo comer mejor y dormir mas. Es duro pero posible. Es organizarse un poquito.

///Que nos vayamos la semana que viene 20 diazos de vacaciones no quiere decir que este blog no vaya a ser actualizado. He dejado unos posts programados que esta feo que yo lo diga pero son poco menos que memorables. Asi que pasaos habitualmente por La Pinta Roja en junio para conocer LA ABSOLUTA VERDAD SOBRE VIVIR Y COMER BOCATAS EN DUBLIN. Nada volverá a ser igual.

Dublín con sol, post 527

¿Soy yo o llevo ya unos cuantos posts alegrándome del SOL TAN BONITO QUE HACE EN DUBLÍN? Dublín está sorprendiendo a propios y extraños (un señor que se define a sí mismo «soy un propio» y otro que dice «ah, no, pues yo me considero extraño») con un sol de justicia. Un sol de Justice League. Ahí van unas fotos solo para dejar constancia de que esto ocurrió. HUBO SOL. Yo lo vi.

Kerrygold: La mantequilla irlandesa que no falta en ningún bocata

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No sé si es bueno que lo mejor que tengas que decir sobre la comida de tu país es que “la mantequilla está muy rica” (bueno, sí que lo sé, NO ES BUENO), pero no podemos negar que esta gente borda la mantequilla (Dios mío, cuántas negaciones en este párrafo, es un auténtico asco). En Irlanda bordan tanto la BUTTER que está integradísima en su día a día, la consumen como auténticos gumias, en tostadas, dentro de los scones, pintando las tapas de los panes de los bocatas (el de pollo también), sobre pan no tostado acompañando sopas… es una locura mantequillil. La mantequilla está tan presente en su vida que si aquí hiciera sol continuamente la gente se derretiría porque son un 80% mantequilla y un 20% caca.

Hay varias marcas populares de mantequilla, pero las dos más grandes, las Coca-Cola y Pepsi de las mantequillas en Dublin, son Dairy Gold y Kerrygold. Yo os recomiendo la segunda, pero la primera es casi casi igual, así que lo mismo podéis echar una moneda al aire a la hora de comprar una (mejor una buena que la más cutre y barata del supermercado, que para una cosa rica de comida que hacen aquí…).

Curiosamente, la Kerrygold fue creada por un comité de “sabios” (de la Ornua, la Irish Dairy Board, creada para comercializar de manera guay la mantequilla en el extranjero) y su nombre fue cuidadosamente elegido para evocar el sentimiento de pertenencia a Irlanda del producto, así como algo natural, de granja y con leche de calidad. Si sois auténticos locos de la mantequilla, si sois MANTEQUILLERS, visitad el Museo de la Mantequilla en Cork. Habéis estado en museos peores, creedme.

El Spire, ese monumento insulso del centro de Dublín

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He aquí uno de los monumentos más feos ever de cualquier ciudad europea. Dublín es una ciudad parca en monumentos o edificios bonitos, así que a alguien se le ocurriría que necesitaban “algo grande en el centro de la ciudad, que llame la atención”. Un pincho gigante llama la atención, sí, pero exactamente dos segundos. Una vez descubres que el Spire (“aguja”) es un pincho gigante y ya (no tiene un topping divertido como nuestro querido Pirulí), lo ignoras completamente por los siglos de los siglos.

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Bueno, cuando le dieron rollito “lightsaber” con iluminación especial con motivo de la nueva de Star Wars pues sí, estuvo cachondo, pero una vez acabada la promoción, vuelta al ignoramiento. Spire, eres feo. Y no tienes sentido.

Dice la Wikipedia que también se llama “Monument of Light”, lo que es una ironía teniendo en cuenta que todos los dublineses lo mantienen EN LA SOMBRA (see what I did here?). Mide 121 metros (eso son muchos Fernandos Romays uno encima del otro) y fue diseñado por los arquitectos de la firma Ian Ritchie, que dicen los muy delincuentes que el Spire une arte y tecnología… pues hombre, a lo mejor si trepas los 121 metros encuentras allí un cuadro perdido de Velázquez… pero desde la base ya os digo yo, amigos de Ian Ritchie, que de artístico tiene poco. Eso sí, como sitio para quedar es ideal, “quedamos en el Spire” es como quedar en el Oso y el madroño o el kilómetro cero.

Manhattan Popcorn: las palomitas de Dublín

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Las palomitas Manhattan son uno de los productos estrella de Dublín. No sé si en el resto de Irlanda triunfan tanto como aquí, pero estas bolsas se consumen a todas horas, por la calle, en casa, en el lunch, en el cine, o, incluso, haciendo el pino puente. A nivel de “cuanta gente se lo zampa” diría que, básicamente, TODA LA CIUDAD. Diría que, junto con el refresco denominado Lucozade (al que nos acercaremos en un futuro –refresco mencionado por Zayn en una de las canciones de su disco en solitario-), es una de las guarradas más consumidas de Dublín.

Loida y yo dudábamos de unas palomitas que vienen de un almacén ya hechas y empaquetadas, pero están ricas, no saben rancias o lamiosas o a cartón, saben a palomita. A ver, no tienen nada que ver con unas recién hechas y extra-saladitas de las que te ponen en el cine, pero para salir del paso cumplen estupendamente.

La bolsa en sí es aburrida, el color es apagado y no hay nada en ella que diga “CÓMPRAME”, pero todo Dublín las compra y las come. Así que allá donde fueres… Es curioso como aquí las palomitas están más extendidas como “snack”. Yo creo que en España solo se comen viendo pelis en casa o en salas de cine, no es muy habitual dar un paseo por la ciudad y pillarse unas palomitas… aquí su consumo es más normalizado. No digo que esto sea bueno. Por cierto, que una cosa que echo de menos son las palomitas dulces y de colores del Belros (maravillosa franquicia española). Las palomitas dulces aquí son muy caras y no siempre satisfactorias (otro día nos extendemos más).

Podéis encontrar más análisis (sesudos todos) sobre la comida de aquí pinchando sobre estas palabras, como si estuvierais acariciando el texto con el puntero. También podéis visitar el blog de Loida sobre cuestiones alimenticias, Mundo Gordoncho.

Commuting en Dublín: De casa al trabajo y viceversa

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En Dublín hay autobuses (Dublin Bus), tranvías que hacen huelga constantemente (LUAS) y una especie de Cercanías para ver los pueblecitos cercanos y costeros (DART). Con vuestra Leap Card estaréis bien cubiertos a la hora de usar cualquier medio de transporte, os hacen descuento en todos ellos, así que recordad cargad vuestra tarjetita y a viajar sin miedo. Estos tres son los medios de transporte a usar para hacer commuting, es decir, trasladaros de casa al trabajo y del trabajo a casa. “Do you commute?” “I commute”. Han transformado la expresión “CÓMO ME TRASLADO PARA IR DE CASA AL TRABAJO” en un un verbo. Para esto son unos figuras. «Google it» se dice más rápido que «búscalo en Google».

Yo suelo usar el LUAS porque pasan muchos continuamente (cada 3/5 minutos) y porque los tranvías son rápidos, ajenos al trafico, y directos. La pega es que solo hay dos líneas (RED y GREEN) que NO SE COMUNICAN ENTRE SÍ (no hay transbordos, error) y que llegan a muy poquitas partes. Van arriba y debajo de la ciudad y, una vez te bajas, generalmente te toca andar un ratito hasta tu lugar de destino. Desde mi parada del LUAS hasta mi trabajo hay 20 minutos a paso ligero (aunque mi trabajo está en uno de esos descampados/parque industrial separado de todo, así que no es una medida muy fiable, los paseos suelen ser de cinco minutillos).

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El autobús es mucho mas preciso en sus “dejadas”, te suele dejar mas cerca de tu destino final. Eso sí, el tráfico en Dublín a ciertas horas es infernal y sus horarios son muy poco fiables (fíate únicamente de su App, nunca de los horarios que puedes ver en las postes de sus paradas o en internet). A mí lo de estar retenido 15 minutos cuando estoy tan cerca de la meta me da asco, así que NUNCA uso el bus. Salvo cuando el LUAS no te lleva a donde quieres (como el IKEA o básicamente cualquier lugar muy alejado del núileo central de Dublin).

Para excursiones fuera de Dublín, tenéis varias empresas de autobuses (como Bus Eireann, ese perrillo corriendo es inconfundible) o el tren de toda la vida. Hay incluso ferries funcionando, pero no hemos explorado esa vía. Ah, también están las Dublin Bikes, claro, pero eso es harina de otro costal.

Unlimited Card: Tarifa plana de cine por 21,90 euros al mes en Dublín

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La tarjeta Unlimited es uno de los mejores inventos de la historia del hombre. Con ella puedo ver todas las pelis que quiera a cualquier día y hora en los cines Cineworld (Parnell Street, centro de Dublín). Es lo que viene siendo una “tarifa plana” aplicada al cine. Pago 21,90 euros al mes que me deducen de la cuenta bancaria y listo (el primer cobro de todos te lo hacen a la tarjeta de crédito). Cuando pasas un año, te hacen un upgrade, y pasas de tarjeta roja a tarjeta negra, como si fuera el cinturón en judo. Nada cambia, salvo que las pelis en 3D e IMAX están un pelín más rebajadas (se sigue pagando algo por estas); al igual que las palomitas y bebidas ahora salen más baratas, creo que hacen un descuento del 30 o 40% (la tarifa plana es solo para pelis, no para popcorn, la tarjeta se llama “Unlimited”, no “We are dumb unlimited”).

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Gracias a la tarjetita vi cuatro veces en cine Batman V Superman (uno es quien es) y veo siempre, sin ponerme a valorar, tanto las pelis que me interesan como las que no me interesan. Esto tiene sus cosas negativas, claro, como meterte a ver auténticos truños que en condiciones normales no pagarías por ver (hola, The Boy). Entre sus cosas positivas, aparte de la obvia de ver todas las que realmente quieres ver cuando mejor te venga, está la de descubrir joyitas por las que quizá no hubieras pagado y que, ya que tengo la tarjeta, me meto a verla porque “tengo dos horitas libres esta tarde” (hola, 10 Cloverfield Lane).

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No tiene permanencia ni chorradas de otros siglos y otras compañías (Vodafone España, ¿de verdad me sigues mandando emails amenazándome con llevarme a juicio por 79 euros cuando te mandé el FAX que me pedías en el momento que me lo pedías?). Por ver pelis que realmente me interesan quizá me gastaría 20 euros al mes, así que el cine gana con esos eurillos extras que pago cada mes y yo gano, viendo muchas mas pelis de las que vería sin la tarjeta, asi que it’s a win-win situation. Esto es la fiesta del cine de verdad, y no la semana esa loca que montamos en España y después si te he visto no me acuerdo.

Lo mejor de la tarjeta: Ves cine hasta que te salga por las orejas; Puedes reservar asiento por internet; Siempre tienes «un plan» incluso cuando no tienes planes
Lo peor de la tarjeta: Del cine más bien: las salas que no son las de la planta de arriba del todo tienen el volumen super-bajo (de verdad que creo que esta gente debe tener el oído de los perros porque nadie se queja)

Dublín con sol es maravillosa

Ya lo he dicho alguna vez en el blog, pero merece la pena insistir: Dublín con sol es bonita, resplandeciente, conchanuda, que dirían las Tortugas Ninja. Dublín sin cielos grises es, definitivamente, UNA CIUDAD NUEVA. Nueva a ojos de los locales y de los extranjeros. Nueva a ojos de las gaviotas. Nueva a ojos de nuestros queridos borrachos. Hace poco hemos tenido una rachita de sol ABSOLUTE POWER que ha ido desde finales de marzo hasta finales de abril, que acaba de terminar. ¿En Mayo? Dios dirá. Granizados, nevadas y lo que venga. Es Dublín. Es CRAZY.