¿Qué son las Muslim Sisters of Eire que hay por Dublín?

Antes de nada, «caridad» no es una palabra mala o a la que haya que buscarle un nuevo significado o zaragatas de esas. Caridad significa «actitud solidaria con el sufrimiento ajeno» en su primera acepción, ¿es eso algo guay? Yo diría que sí. Es verdad que su segunda acepción habla de «limosna» que se da a los más necesitados y, mira, vale, lo que quieras, «limosna» puede sonar mal, a «te doy lo que me sobra y casi me molesta aquí en el bolsillo y luego sigo con mi vida», pero prefiero quedarme con lo de ayudar, intervenir, en el sufrimiento de los demás. Las Hermanas Musulmanas de Irlanda se dedican a eso, a ayudar a los que más lo necesitan en Dublín. Mira, ya han hecho más que yo en todos los años que viví allí.

Las (MSOÉ) son una organización de voluntarias formada mayormente por mujeres musulmanas irlandesas que se dedican a ayudar a los sintecho, las mujeres y los jóvenes con varias actividades, como, por ejemplo, la Soup Kitchen; que yo creo que es la más popular. Porque se monta un pollo considerable. Y es que hacen las Soup Kitchen en pleno centro de Dublín, en la entrada y los soportales de la GPO (General Post Office).

Por si no lo sabéis, una «Soup Kitchen» es, básicamente, dar cuencos de sopa o cualquier otro alimento (pero, generalmente, sopa, de ahí el nombre) a gente necesitada un día y hora determinados. Se forman grandes colas y tumultos, normal. Y oye, a mí me parece espectacular que sea en pleno centro de la ciudad. La GPO está en el mismísimo centro de Dublín, en O’Connell Street, a tiro de piedra del Spire, que es donde queda mucha gente en el centro. Comparándolo con Madrid, es como si se montaran las Soup Kitchen en la Puerta del Sol. O en uno de los teatros de Gran Vía. Tal cual.

Aquí tenéis su página web, de la que he sacado las fotos de debajo. ¡Un abrazo a las MSOÉ y muchas gracias por su labor, cracks!

La Pinta Roja 26: The Toy Show. Working at Christmas. 12 estrellas de cine irlandesas.

UNA HISTORIA: Qué es «The Toy Show», uno de los programas más vistos cada año en la tele irlandesa. ¿Son solo niños presentando juguetes… o hay algo más detrás de este fenómeno? ¿Cómo nació? ¿Por qué los irlandeses se derriten ante él?

UNA CANCIÓN: «Working at Christmas» de Paul Brady

UNA PELI: En esta ocasión, varias pelis… las de las 12 estrellas de cine irlandesas que más están triunfando all around the world (meaning «en Hollywood»). ¡Hazte con todas, como los Pokemon!

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Ayo Edebiri y el chiste de que es irlandesa

El pasado 14 de enero, Ayo Edebiri ganó su primer Emmy por su interpretación en The Bear (la de chef estresado, serie recomendable). Intuimos todos que será el primero de muchos, no solo porque es una crack como actriz, sino porque además es guionista y cómica y, vete tú a saber si en un futuro próximo, directora. Ayo es tan americana como una cheeseburger, pero cuando ganó un premio (mejor actriz de comedia) en los Critics Choice Awards plantó la duda en la gente al dar las gracias, entre otros sitios y personas, «a Irlanda, en muchos sentidos». ¿¿Ein??

En la alfombra roja de los Emmy siguió con el rollito irlandés: «¡Un saludo a mi gente! Un saludo a Derry, un saludo a Cork, un saludo a Killarney, un saludo a Dublín!». Ya el hecho de conocer Killarney implica un mínimo de conocimiento de Irlanda, ¿de dónde viene esto si ni ella ni ninguno de sus padres tienen raíces irlandesas? Pues de un chiste, una coña que hizo la actriz en otra alfombra roja, la de Letterboxd en marzo de 2023. Estaba promocionando Bottoms (que tenéis en Prime Video) y dijo que se había preparado para el papel «haciendo de Jenny, el burro de Colin Farrell en Almas en pena de Inisherin». La actriz expandió la broma diciendo que «viví en Irlanda unos cuatro meses y me metí de verdad en el papel, estuve a cuatro patas durante cuatro meses y fue muy duro, pero también bonito».


La broma fue estupendamente recibida en Irlanda, donde ha sido nombrada (en Twitter) Princesa del Pueblo, jajaja. Además, organizaciones de cine, cuentas de Twitter y hasta el Irish Times (que prefiere esto al «britwashing» -actores Irish que son renombrados «británicos» en revistas internacionales-) han aplaudido y mantenido la broma. ¡¡Ayo, a ver si te pasas por el Dublin Film Festival y das el discurso inaugural o algo, sería divertidísimo!!

La Pinta Roja Navideña: Navidad en Irlanda. Enya. Sweet November. [PODCAST]

UNA HISTORIA: Nollaig Shona Duit!! ¡Feliz Navidad! Navidad en Irlanda. ¿Qué es St Stephen’s Day? ¿De dónde viene el nombre Boxing Day? ¿Quiénes van disfrazados de chochines (no, really) pidiendo dinero por las calles?

UNA CANCIÓN: Only Time de Enya, main theme song de la película…

UNA PELI: … Sweet November, que está dirigida por un irlandés y protagonizada por dos actores guapísimos de Hollywood.

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Ya está aquí el DIFF: Dublin International Film Festival

Del 22 de febrero al 2 de marzo tendremos nueva edición del DIFF con pelis tan interesantes como las que podéis ver (y comprar entradas para) en este enlace tan chulo. Personalmente, Eat/Sleep/Cheer/Repeat sobre unas animadoras irlandesas me llama bastante la atención (todo lo teen lo consumo), me apetece muchísimo Baltimore con mi querida Imogen Poots (pinchad aquí para escuchar mi análisis -y loas- a la extrañísima película Vivarium, dirigida por un Irish y protagonizada por mi querida Imogen y el peculiar Jesse Eisenberg) y con el IRA como tema de fondo, The Teachers’ Lounge la quiero pillar algún día en los Verdi, The Green Fog tiene una pinta brutal (¿¿una reimaginación de Vértigo de Hitchcock usando trocitos de pelis antiguas, what??); y tiene que estar muy guay Drive-Away Dolls con la hija de Andie McDowell (y protagonista de la excelente La Asistenta -la tenéis en Netflix-) y con la prota de The Broken Hearts Gallery (una rom-com muy guay que pasó completamente desapercibida y que os recomiendo urgentemente… o cuando tengáis un rato, vaya).

Pero vamos, que todo el catálogo tiene una pinta irresistible y podría seguir destacando títulos tres cuartos de hora. ¡Qué ganas de adelantar mi ansiado retorno a Dublín para que me coincida con el DIFF! Personalidades como Steve McQueen (Hunger, 12 años de esclavitud) y la actriz francesa y crack absoluta de la vida Isabelle Huppert (que presenta su nuevo film, Sidonie in Japan) recibirán el VOLTA Award en reconocimiento a su carrera (VOLTA es una productora/distribuidora de cine irlandés de la que hablaré próximamente).

Debajo el trailer del festival:

La Pinta Roja 24: Banshees. 20 Mejores Canciones Irlandesas. Evil Dead Rise. [PODCAST]

UNA HISTORIA: Quiénes son las Banshees, ¡esas portavoces de la Muerte y lo Chungo!

UNA CANCIÓN: Hoy tiramos la casa por la ventana con las 20 Mejores Canciones Irlandesas… ¡de la Historia! (según una encuesta de RTE 2)

UNA PELI: Posesión Infernal: El Despertar (Evil Dead Rise), que es norteamericana… pero dirigida por un irlandés de pura cepa.

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Dublin Literary Award: El mejor libro del año, que no tiene por qué ser irlandés

Sebastian Barry, Joseph O’Connor, Claire Kilroy y Emma Donoghue, todos ellos irlandeses, apuestos y en edad de merecer, optan al premio de 100.000 euros que supondría ganar el Dublin Literary Award. Esta es ya la vigesimonovena edición del premio, uno de los galardones literarios mejor remunerados del mundo, aunque se dice que el favorito para alzarse con el triunfo es Demon Copperhead de Barbara Kingsolver, que ya ganó en 2023 el Pulitzer de ficción y el Women’s Prize de ficción.

Los 70 libros nominados por 80 bibliotecas de 35 países quedarán en tan solo 10 cuando el 26 de marzo se de a conocer la shortlist, es decir, los aspirantes de verdad a ganar (lo que se ha conocido ahora es la longlist, o sea, los «preseleccionados»). El alcalde de Dublín, Daithí de Róiste (que no es un personaje de ficción pese al nombre), nombrará al ganador el 23 de mayo, en un acto que pondrá la guinda a una nueva edición del International Literature Festival Dublin. ¡Qué les gusta los libros a la gente de Dublín!

Daithí de Róiste, una persona muy real


Los DLA (aunque nadie los llama así, tenemos que crearles un nombre cortito y con gancho… ¿¿los DuLis??) se empezaron a dar en 1996 y la única regla es que el libro haya sido o bien escrito en inglés o bien traducido al inglés (de ahí, por ejemplo, que Javier Marías ganara en 1997 con A Heart So WhiteCorazón tan blanco-). El premio trata de premiar la «excelencia en el mundo de la literatura» y el Ayuntamiento de Dublín es el que pone la pasta del premio, esos 100.000 euros que es una de las cantidades más altas que se dan como premio literario en el mundo (a ver, no llega al millón de euros de los Premios Planeta… pero es que los Planeta son de los mejor remunerados del mundo, así que estaba difícil).

Ojito a este dato que mola mucho y alegrará a la comunidad de traductores: si la novela ha sido traducida al inglés, el premio se divide entre el autor (75.000 euros) y el traductor (25.000 – como los que se llevó Maragaret Jull Costa, la traductora del libro de Javier Marías-). El sistema de participación es sencillo: bibliotecas públicas de todo el mundo son invitadas a enviar sus propuestas y un panel internacional de jueces, que cambia cada año, elige el libro ganador.

¿Qué me encontraré a mi regreso a Dublín?

En cosa de cuatro meses se cumplirán dos años desde que volvimos de Irlanda y, lo confieso, las ganas de volver me pueden. Me refiero a visitar de nuevo Dublín, ¿eh? No a mudarme otra vez allí. Not yet. No de momento. Pero he aprendido a que mis movimientos en la vida son los propios de una peonza agitada por el viento dentro de un tornado, por lo que no puedo prometer nada en lo que a geolocalización se refiere de aquí a los próximos… no sé, veinte años. ¿En qué país, en qué ciudad, en qué caserío remoto veré Superman Legacy en julio de 2025? ¡Vete tú a saber! Lo que sí sé, recuperando el hilo inicial del post, es que ya tengo ganas de volver a pisar la que fue mi ciudad durante tantos años. Creo que dos años son tiempo más que suficiente para que Dublín siga siendo la misma, pero también para que haya cambiado dos o tres cositas que me dejen sorprendido. Esa mezcla maravillosa entre «está todo tal cual lo recordaba» y «¡Anda! Mira lo que han puesto en esta calle»… En breve publicaré un nuevo podcast de La Pinta Roja en el que hablo largo y tendido (literalmente, grabé el podcast tumbado en la cama -not really-) sobre las diferencias que me encontré al volver a vivir en España, y si bien es posible que me encuentre con un nuevo «shock cultural» en mi próximo viaje a los dublines como turista (en caso de que me hayan puesto Dublín patas arriba mientras yo no estaba), lo cierto es que mi viaje será mucho más práctico que metafísico. Estas son las cosas que quiero ver, comprobar, experimentar o… ¡probar!:

Quiero ver cómo han dejado el Chapters, una librería top que fue vendida y despedazada y salvada de la quiebra en el último minuto y, me dice Loida, que ha sido reformada incluyendo una ¿floristería-café? en la planta de arriba. Quiero comer en el Musashi o en el Yamamori o en el Eatokyo, en cualquiera de mis japos de confianza, ¡cómo echo de menos la comida japonesa en Madrid! (No porque no haya restaurantes japoneses en Madrid, sino porque aún no hemos fichado ninguno para llamarlo «nuestro»). Quiero pasarme por la zona de prensa y revistas (virgencita, virgencita, que no me la hayan quitado) del Eason y deleitarme pasando las páginas de la Starburst, la Empire, la Total Film, la Sight & Sound, los tabloides irlandeses, los especiales de la familia real británica a 10 euros… y, seguramente aunque intentaré que no mucho, dejarme los dineros. Quiero pasear por O’Connell Street, Grafton, Henry Street y todas las calles del centro que se ponían preciosas cuando les daban dos rayitos de sol. Solo pido eso, dos rayitos. Quiero ir al Cineworld y verme una peli de ruidos y explosiones en aquellas salas 4DX o IMAX que una vez fueron las mías. Quiero ir al Black Sheep y disfrutar de una de sus pintas de su versión de la Guinness en uno de los pubs que más frecuentaba y que menos… «pub» es, pero donde más a gustito me encontraba. Quiero ir a un Spar/Londis y pedirme un chicken roll bien de mayonesa y bien de mantequilla, ¡qué demonios! Quiero pasear por los docklands y disfrutar (a una distancia prudencial, conozco su maldad) del vuelo de las gaviotas. Quiero salir a correr por una de las 10 o 15 rutas que aún puedo recorrer de memoria. Quiero acercarme a las casas donde viví, porque viví en muchas, y recordar los buenos momentos que viví allí junto a Loida. Quiero ir al Forbidden Planet de uno de los quays e intentar, de nuevo sin mucha convicción, no arruinarme vivo comprando cómics como un malnacido. Quiero respirar ese aire purísimo de los parques de la ciudad, cualquiera me vale. Quiero patear Dublín hasta no dejarme ningún rincón, la echo mucho de menos. Quiero ir al Candy Café y pedirme uno de sus cafés de absoluta batalla tan solo para sentarme donde solía sentarme para leer cualquier cosa que tenga a mano. Quiero ir al Sano Pizza y pedirme mi pizza favorita, la que llevaba Nduja y picaba un poquito. Quiero llorar al ver que, casi seguro, habrán subido sus precios. Quiero ir a la cafetería/bollería que hay cerquita, donde no aceptaban tarjetas de crédito hasta hace bien poco, y pedirme esa monstruosidad tan deliciosa llamada chocolate square: un rectángulo (más que square) de galleta, caramelo y chocolate para llorar de la emoción. Quiero ir al Ilac Centre y recorrer uno de los centros comerciales más cutres ever, pero que tiene en su interior una capilla y una biblioteca (¡¡flipas!! Fue nuestra biblioteca durante taaaaantos años…). Quiero ir a Moore Street y escuchar a las señoras gritar a cuánto están las bananas. Quiero ir al Hodges Figgis y recorrer todas sus plantas para respirar a puro libro (again, cosiendo el bolsillo para no poder sacar dinero del mismo). Quiero ir a la filmoteca y, si estoy in the mood, verme algo guapo. Quiero ir a los Lighthouse, los cines más molones de la ciudad, y ver si hay alguna sesión especial que venga fuerte. Quiero ir al Dollard y meterme un buen croissant o focaccia entre pecho y espalda. Quiero ir al Joe’s (si es que aún queda alguno en la ciudad) y pedirme el latte más rico que he tomado en mi vida (sin azúcar, por favor). Quiero caminar hacia arriba, hacia el aeropuerto, donde curré cuando aún me quedaban sueños en la mochila, y acercarme a la calle donde estaba la crepería donde curró Loida tantos años. ¡¿Qué habrán puesto en su lugar?! Quiero darme un baño en las aguas heladas del Forty Foot (¡tantos años viviendo allí sin hacerlo y hacerlo como turista en un viaje de dos días! ¿te imaginas?). Quiero ir andando a Dún Laoghaire y quedarme un par de horas en su biblioteca. Quiero pararme antes en Blackrock y pedirme un café para llevar mientras reanudo el camino (y picoteo algo en la librería pequeña pero matona que tiene tantos libros chulos). Ah, en Dún Laoghaire que no se me olvide meterme en la tienda de libros baratos, en la charity, en la otra charity de la esquina, en…

Shit. I miss her a lot.

Niño traumatizado por Girls Aloud en The Toy Show

¡Feliz año nuevo! Eso es lo primero. ¿Qué tal van esos propósitos, ya habéis incumplido al menos un par de ellos? Seguro que sí, bribones. Mira, yo os pongo aquí un propósito para el (desaparecido) grupo Girls Aloud: NO TRAUMATIZAR A NINGÚN NIÑO EN DIRECTO.

Investigando para el especial que hice en La Pinta Roja sobre el mítico programa irlandés The Toy Show (que podéis escuchar right now pinchando aquí), di con un vídeo bastante famoso por aquellos lares en el que la girld band con Cheryl Cole aparece en directo en el programa para darle una sorpresa a un niño y… bueno, digamos que la sorpresa se la llevó el presentador, jajajajaja. Os dejo con el momento. ¡Y a tope este 2024!

¡Feliz 2024 con Cillian Murphy sentándose en sillas!

El irlandés Cillian Murphy, actor nacido en Cork allá por 1976 (por fin una persona que no es más joven que yo), está generando un contenido en redes que va a tener que empezar a cobrarlo. El intérprete de Origen, Peaky Blinders o la reciente Oppenheimer sigue sumando memes, vídeos e hilos en Twitter que se comparten con la ilusión con la que se empieza un nuevo año. Y aquí estoy yo para hacer lo propio: ¡¡Hilo de Cillian Murphy sentándose en sillas!! (mis fotos favoritas son las de He doesn’t even know what chairs are for, jajajajaja). Oye, esto está funcionando más que la Coca-Cola en Twitter, yo soy un mero notario de la actualidad. Por cierto, que dentro de muy poquito hablaremos del actor en el podcast de La Pinta Roja. Ahora, al lío, ¡siéntate como Cillian!