Nota previa: Escribí esto en mi trabajo (teclado extranjero), no pienso corregir las faltas de ortografía, esa labor me llevaría 52 años y prefiero recuperar ya nuestro blog dublinés
El otro dia preguntaba en Twitter si odiar a una nina pequeña es malo. Supongo que es malo, y lo siento, pero lo cierto es que esta nina nos esta dando motivos de sobra para sospechar que es la reencarnacion de Maculay Culkin en “El buen hijo”. Venga, vale, no es tan mala… ES PEOR.
La nina, cuyo nombre desconocemos y a la que llamaramos LA NINA DE LOS FILIPINOS, porque es la hija de un matrimonio de filipinos (la raza, no las galletas), se comporta como un torete humano. No habla, no mira, no se relaciona. Solo grita como una loca, como un gorrinillo salvaje, y corre por los pasillos como el demonio de Tasmania, en molinillo. Loida y yo hemos perdido la cuenta de mananas que nos ha despertado LA PUTA NINA corriendo por el pasillo. CORRE COMO UNA LOCA. A LAS 8 y 9 DE LA MANANA. El pasillo de entrada del portal pasa directamente por la puerta de nuestro piso, por lo que oimos solo la puerta del portal abriendose y cerrandose (generalmente de un portazo, a pesar del gran cartel de “PLEASE CLOSE DOOR GENTLY” de la puerta). Los portazos se pueden entender, la gente va con prisa, se han pasado media hora mirándose al espejo y colocándose bien el pelito y ahora van tarde, whatever. Pero una nina corriendo como si eso fuera el parque, no, oiga, PERO QUE MIERDA ES ESTA?!
La nina, al igual que sus padres, es un autentico enigma. Cuando te ve por el pasillo no te saluda, o sonríe, o agacha la cabeza timida, simplemente te mira, inmutable, mirada sostenida, podría ser un maldito ciborg filipino. Ciborgs filipinos, son ellos los que nos darán pasaporte y no los zombis. Pero es que los padres son tres cuartos de lo mismo, ni un hola, ni unos chascarrillos, son de no saludar ni relacionarse. Producen desconfianza y ganas de mudarse. Loida y yo tenemos claro que esa nina no es normal (con 3-4 anos no es normal que no la hayamos escuchado JAMAS hablando, solo se comunica por gritos de gorrino) y que la culpa es de los padres.
Aparte de las carreras por el pasillo (que no son las típicas carreras-juegos de un ni;o, son una cosa como en las Olimpiadas, como si a la nina la hubiese poseído el espíritu dopado de Ben Johnson), es su absoluta falta de educación, de situarse en el espacio. El otro dia estaba en el pasillo,m Loida y yo entramos a nuestro piso y la nina del demonio ENTRO SIN MEDIAR PALABRA en nuestro piso y cogio a nuestra Jabuguita como si fuera el T-1000 y el cerdo de peluche fuese John Connor. Es como si estuviera programada para eso. Repito: ni una sonrisa, ni una carrera, ni una mirada retadora y traviesa a lo niño cuando quiere jugar contigo, que no, que no, que ENTRO EN NUESTRA CASA COMO GORRINO POR SU CASA y tuvo que llegar la madre a quitarle el cerdo de las manos. Intente hacer “conversación” en plan “She likes the pig” (en lugar del mucho mas violento “She IS a pig”) pero la madre de la nina NO DIJO NI MU. Bueno, si, dijo una vez “sorry” y se fue de allí sin mediar palabra. PERO QUE MIERDA ES ESTA?!
Yo no soy la persona mas sociable del mundo (understatement of the year) pero las nociones básicas de comportamiento con vecinos las conozco. Tu hija pequeña se cuela en el piso del vecino (porque la has educado de puta pena y tu hija desconoce lo que es una propiedad privada, o es que considera nuestro piso parte de su pasillo-parque de recreo?), tienes que entrar a por ella y disculparte, si, pero que tal hacer un poco de “small talk” para dulcificar un poco la tensión? Que tal decir el típico “la nina es muy traviesa, todo lo que ve lo quiere” o “dada su naturaleza, esta muy interesada en los otros cerdos”? Nada, nada, ella viene, coge a la nina y se las pira… De verdad que Loida y yo nos quedamos a cuadros. Adoptamos forma de perros jugando al póker. Este es el nivel de realidad al que nos esta llevando la nina filipina y torete.
Hemos pensado en colocar un alambre invisible de nuestra puerta a la pared, para que cuando la nina salga despedida corriendo en cuanto su madre abra la puerta, ZAS! Trompazo al suelo del toro. Seria demasiado cruel, si, como criarse sin recibir una educación de tus padres. Lo mas curioso de todo esto es que justo en frente de casa, a escasos segundos del portal, hay UN PARQUE LA MAR DE HERMOSO. Pero toda la familia debe sufrir fotofobia de esa, porque la madre y la hija JAMAS TRASPASAN LA FRONTERA DEL PORTAL, de hecho, se quedan en el pasillo, en los escalones que suben a las plantas de arriba, como si fuera indigentes. Indigentes de su propio edificio, la película. Pero que clase de orden social filipino es este?!
Hemos tenido vecinos raros y ruidosos, y los seguimos teniendo (el de abajo toca la guitarra y la de arriba el piano) pero lo de una nina pequeña que nos despierte como si fuera un gallo mezclado con un toro es algo inaudito. No sabeis lo que es despertarse una o dos horas antes de tu hora con los GRITOS DESAFORADOS y las CARRERAS POSEIDAS de una nina absolutamente loca. Las ganas de salir al pasillo y darle un puñetazo son riquísimas, muy altas, muy a pedir de boca. No podemos mas con la nina.
Queremos que deje de gritar. Queremos que deje de correr. Si ya ha comenzado la invasión filipina y estais leyendo esto, vosotros sois la resistencia.