Una de las cosas que más rabia nos da a Loida y a mí de Dublín (aunque muy por debajo de la niña filipina from Hell) es su escasez de platos tradicionales. Por supuesto que tienes mil ofertas de restaurantes para llenar el gaznate, chinos, japoneses, libaneses, franceses, italianos, pide por esa boquita. Pero ¿comida tradicional irlandesas a la hora de la comida? Forget it. Ya hemos dicho que el plato nacional de esta gente a la hora de comer es el bocadillo (y si es de pollo empanado, mejor), pero lo cierto es que tienen más opciones a la hora del lunch (que va de las 11.30 a las 13.30, mas o menos). Todas ellas son fritos, rebozados y cosas un poco lamentables, pero existen, así que vamos a abordarlas (con mucho papel de cocina para no mancharnos demasiado de grasaza):
Sausage roll: No es un hot dog, sino una salchicha insertada y cocinada dentro de una pastry (hojaldre). Esto está asqueroso y las que son congeladas ya no te quiero ni contar. Una cosa infame (como mi pronunciación de “sausage”, que se dice “sósichi” muy rápido).
Potato wedges: aquí están hasta debajo de las piedras y, como con toda la lista, lo normal es que la peña se las vaya comiendo por la calle, a lo loco, en una ingesta bastante sucia. Yo en España las descubrí por primera vez en el McDonald’s, las patatas deluxe, ya sabéis, pero aquí son “wedges” y están por todas partes. Están buenas, sí, pero no tienen gracia ninguna (en el McDonald’s de aquí las que están ricas son las Twisty Fries)
Bocata de lo que quieras: Aquí se llaman también “rolls”. Ejemplo: Can I have a tuna roll? Can I have a ham & cheese roll? Aquí cada deli (Spar, Londis, Centra, sitios donde comprar cosillas y donde hacen bocatas, cafés y fritangas para llevar) es un Subway, es decir, que eliges pan y rellenos. La noble simpleza del “un bocata de jamón” aquí no existe. El irlandés de pura cepa, como el adaptado, le pone siempre mantequilla y mayonesa a su bocata. Esta es la sociedad en la que vivimos Loida y yo. No os voy a mentir, al final le empiezas a pillar el gustillo a esta comida rápida y asquerosilla para salir del paso.
Entre los fillings o rellenos: jamón york, pavo, distintos tipos de queso, salchichas, bacon, tomate, lechuga, cebolla, salami, atun, maíz, pollo de varios tipos y muchas más cosas de cuyo nombre no quiero acordarme. Una locura absoluta, pero que se hace mucho, es meter un full irish breakfast dentro de un bocata. O sea, un bocadillo de salchichas, champiñones, bacon, huevo y , de remate y si hay ganas, judías pintas con tomate. Para tirarse de un puente al río Liffey.
Bolsas de patatas: Claro, de esto también hay en España, pero ¿os imagináis a un ejecutivo, un obrero, un estudiante y una madre de familia, todos a la vez, comiendo un bocata con una bolsa de Ruffles a la hora del almuerzo? No se ha visto cosa igual. Aquí tienen mil tipos de patatas fritas (“crisps”, palabrita complicada de pronunciar en su parte final) con sabores desde los clásicos hasta guarradas de infarto. Les vicia.
Ensaladas empaquetadas: Si son hechas del día están bien, te las comes rápido y hasta luego lucas. Sin tienen más de un día, no son recomendables. Las ensaladas con pasta suelen estar un poco lamentables (a saber qué conservantes le echan a esas espirales, están duras y saben producto de limpieza).
Chicken wings: Las alitas de pollo son también populares a la hora de comer. Ideales para comer por la calle. Eso si, fresh lo que se dice fresh no suelen ser. Lo que sí son es picantes, a este gente LE ENCANTA el picante.
Soup: Aquí se lleva mucho la sopa, tienen 20.000 tipos aunque hacen el truqui de que a todo lo llaman sopa: puré, cremas, lentejas, guisos… todo es sopa. Confieso que muchas de ellas son riquísimas. Otra cosa no, pero tienen buena mano para los platos de cuchara.
Pot noodle: El de esta marca en concreto, sano no es, pero del paso sales. El sabor es “para salir del paso” total, pero a rayos no sabe. No del todo.
De «menú» aquí no entienden a la hora del almuerzo, lo más cerca que están de eso son los deals de «soup + sandwich». Dos platos y postre, esa maravilla, aquí no se conoce. Otro día nos metemos con los refrescos y las chocolatinas, todo un mundo (irlandés) por descubrir. En eso nos llevan años de ventaja.