Luas: el tranvía que hace más huelgas que trayectos por Dublín

Hoy nos han mandado un emilio aragón (en pie) en el trabajo que ha sido demoledor. Es una lista de las próximas jornadas de huelga organizadas por los trabajadores del LUAS. ¿Por qué no harán como los chinos y a las crisis las llamarán oportunidades, «claro, crisistunidad», que diría Homer?.

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Esta gente sigue amenazando con cortarte la mano si te cuelas en el LUAS (ver foto de arriba), ¿¿pero quién se la corta a ellos cuando incomunican a toda la ciudad?? (sí, hay buses, pero NO ME HAGÁIS HABLAR DE ELLOS). Atentos, que vienen curvas:

Subject: Disruption to Luas Transport Services May 2016

Dear All,

Please be advised that Transdev, the Luas Operator, has issued a statement advising customers that services on both the Red and Green Lines will face serious disruption due to strike action on the following dates:

  • Thursday 28th April
  • Wednesday 4th May
  • Friday 13th May
  • Friday 20th May
  • Thursday 26th May (4 hour stoppage from 3pm to 7pm)
  • Friday 27th May

Please note the following important information:

  • Luas tickets will not be valid on services of other public transport service providers during this strike action.
  • Luas will not be providing an alternative transport service.

For more information please see: https://www.luas.ie/stike-info-aprmay16/

Please find attached a copy of the Inclement Weather and Disruption of Transport Services Policy for your reference. If you have any queries, please don’t hesitate to contact your HR Business Partner.

Kind Regards,

PD. De lo de «Scarlet4u» de la foto hablaré en otro post, que lo merece.

Piropo out of nowhere

diccionario

Hoy, en una cafetería un pocobastante cutre que hay cerca de mi trabajo a la que me he metido a refugiarme del granizo (por la mañana daba el solaco en la cara como en Sevilla en agosto, pero luego ha granizado en tres tanditas, Welcome to Dublin!), ha ocurrido algo insólito, me han piropeado. Que tengo percha y soy absolutamente deseable no es ningún secreto (si acaso, a voces), lo que ha sido sorprendente es el piropo en sí. Como calentar asiento de gratis no se estila mucho en los locales (salvo en los McDonald´s, donde muy pocas veces echan a los que no consumen -gracias, Ronald-), he pedido un latte. Cuando la camarera, una dublinesa con chispilla, me lo ha servido me ha dicho:

«There you have it, sweet cheecks».

SWEET CHEEKS??? Jajajajaja, me ha encantado. Nunca nadie me había llamado «sweet cheeks». El Urban Dictionary ofrece varios significados, yo me quedo con el tercero, en tanto no soy mujer.

Un vistazo a Henry Street

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Una de las calles que más visitamos en Dublín es Henry Street, que viene a ser la Calle Preciados o las Ramblas de aquí (salvando MUCHÍIIIIIIIIISIMO las distancias). La gente cree que Grafton Street y O’Connell Street son el meollo de Dublín, y sí, lo son; pero la calle a la que de verdad le puedes sacar chicha es a Henry Street (calle que nace en el Spire, o sea, que la encuentras fácil caminando por O’Connell).

En Henry St. podéis encontrar un Butlers Chocolate (cadena cafetera y chocolatera con muchísimo éxito y locales –en la que trabajé brevemente hace ya mucho tiempo-), tiendas de todas las marcas de móviles, un Boots (cadena inglesa de “farmacias” donde venden muchas más cosas que medicamentos: productos de belleza, potitos, sándwiches, bebidas… no llega a supermercado pero casi), una farmacia de verdad, un Starbucks (que Loida y yo no visitamos nunca debido a la cantidad de CAFETERÍAS ALUCINANTES que hay en esta ciudad), el HMV (el Paraíso, básicamente), una entrada al Jervis (centro comercial), una entrada al Ilac Centre (centro comercial), una entrada al mercadillo de Moore Street, un Penney’s (Primark), varias tiendas de ropa, zapaterías, cafeterías, etc. Si tenéis que hacer compras por el centro, esta y Grafton Street son las calles que visitar.

Es una de las calles básicas de la ciudad y yo diría que es tanto o más transitada que otras más famosas. Cuando hace sol por la tarde y se inunda de estudiantes, familias y turistas me recuerda muy mucho a un paseo por el centro de Madrid. Sin bares de tapas y sin terrazas, of course.

¿Cómo se dice «qué tal» en Dublín?

diccionario

Una de las expresiones más comunes en Dublín es “you all right?”, que viene a significar “qué tal”. Al igual que en español, el emisor del “you all right?” no espera que le cuentes tu vida, no es una pregunta real, es una forma de entablar conversación, un ice-breaker.

Cuando ves a alguien que hace tiempo que no ves, cuando te cruzas con un conocido por la calle, cuando quieres pedir algo en el pub y la barra está petada y por fin el barman establece contacto visual contigo, cuando te acercas al tendero del Spar, cuando entras en el Subway y te diriges al bocatero… YOU ALL RIGHT?

You all right? para todo. Aunque pidas un café y te sirvan ácido calentito que desgarre tu esófago y tu cuerpo se calcine… You all right?

Desubicansados en Dublín: Trabajar cada semana con un horario distinto

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Dublín es pequeñita pero matona, no (solo) porque haya gente que literalmente te asesina en las calles, sino porque está llena de actividades non-stop. Conciertos, festivales, presentaciones, charlas, obras de teatro, maratones, ciclos de cine japonés, actuaciones callejeras… Bien, de todo eso Loida y yo solemos acudir a un total de CERO COSAS: los dos tenemos turnos cambiantes, shape-shifters, en nuestros respectivos trabajos. Cada semana nuestro horario de trabajo es distinto (“we work shifts”, que se dice aquí). Una semana podemos trabajar de lunes a viernes de 10.30 de la mañana a 7 de la tarde para la siguiente trabajar de domingo a jueves de 3.30 de la tarde a 12 de la noche.

Esto deja varias secuelas: para empezar, ojeras y comer mal (te rompen el sueño y la comida, los dos pilares). Para continuar, perder un poco la noción del calendario (crees que es viernes cuando aún es jueves, te sorprendes al volver a casa y ver a gente en la calle arregladita -¡ah, que es viernes noche!-). Para rematar, un “desperdiciamiento” del tiempo libre: estás tan desubicansado™ cuando acabas el laburo que solo quieres llegar a casa, ponerte el pijama y enchufar un capitulo de Blindspot mientras navegas-por-navegar en internet (… vale, que seamos absolutamente viejos también influye).

Lo de los turnos cambiantes y metamorfoseadores no es algo único, aquí es la norma. Ya trabajes en un Subway, en el cementerio de Glasnevin o en una empresa internacional de las muchas que hay aquí (por de lo de pagar menos impuestos, están todas aquí), lo normal es ir cambiando de días y horas cada semana. ¿Por qué es la norma? Ni pajolera idea, he pensado mucho en esto y no acabo de dar con EL MOTIVO. No me emociona especialmente tener un horario nuevo cada semana porque es difícil adoptar esas rutinas de sueño, comidas y lo que se viene llamando la vida diaria. Algunas semanas te viene genial poder levantarte tarde y tener toda la mañana libre, pero a la siguiente a lo mejor te toca levantarte a las seis de la mañana para empezar a las 7, con lo que te pasas toda la semana zombi y cuando llega tu día libre solo quieres dormir como una marmotilla.

Resumiendo: si venís a trabajar aquí sabed que vuestras horas serán un bamboleo continuo a no ser que tengáis suerte y os toque una cosa más tradicional. Good luck.

Yo 1 – Revisores 0

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Decíamos ayer… que era mejor no meterse en el LUAS sin pagar, porque los revisores pasan muy a menudo, a horas verdaderamente locas. Bueno, pues si antes lo digo, antes me salto mi propio consejo. Esta mañana iba muy apurado de tiempo, llegaba mi LUAS de las 6:37 am y he tenido que ir corriendo para pillarlo. Me he metido sin pasar la tarjetita, he evitado a los borrachos a la hora de sentarme (Dublín es un campo de minas, minas meaning drunks) y me he sentado tranquilo pensando “bueno, es demasiado temprano como para que venga un revisor”… bueno, pues PUM, revisor in da house.

Yo iba a lo mio, con los auriculares puestos pero el MP3 apagado, y leyendo el maravilloso libro Ayoade on Ayoade: A Cinematic Journey… cuando he escuchado a lo lejos un “your ticket, please” seguido de un “thank you”, repetido varias veces, en una sospechosa cadencia revisora que avanzaba lenta pero segura hacia mí. Estaba atrapado, tenía mi Leap Card en el bolsillo, sí… ¡pero no la había usado! No había opción de cambiarse de asiento, no podía asesinar al revisor delante de tantos testigos y no había ninguna parada a mano para escapar (la gente suele bajarse ESCOPETADA en cuanto se suben los revisores, delatándose automáticamente como CULPABLES… pero evitando la multa). El revisor llegó a mi asiento y me dijo “your ticket, please”. Podría haberme dicho “I don’t need to see your ticket because you are amazing, sir”, pero no, me pidió el billetito.

En ese momento pensé que, ya que llevaba mis auriculares puestos, y que estaba leyendo un libro super-focused, y que iba vestido con traje y corbata (como me exigen en mi trabajo), lo mejor era NEGAR-NEGAR-NEGAR. Ya que mi tarjeta tenía saldo suficiente para pagar el precio de uno, dos, tres y hasta siete trayectos, y puesto que era un señor que iba DE TRAJE Y CORBATA, y puesto que le estaba dando mi tarjeta SIN NISIQUIERA MIRAR AL TIPO… pensé que todo eso influiría de forma decisiva cuando su condensador de fluzo portátil detectara que mi tarjeta no estaba “HOT” puesto que no había sido usada. Pues bien… toda mi presión psicológica, mi traje, mi corbata, mi despreocupación, mis poderes mentales, doblegaron la voluntad de la maquina, que no PITÓ. El revisor me devolvió la tarjeta, me dijo “thank you” y yo respire tranquilo. The power of the mind. The power of three.

Leap Card en Dublín: paga menos en bus y LUAS (tranvía)

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La Leap Card es una tarjeta verde con una ranita saltadora en la parte dorsal gracias a la cual puedes ahorrar en tus viajes en bus y tranvía (gracias a la tarjeta, no a la ranita). Si un viaje en tranvía te cuesta 2,70 de normal, te puede salir por 2,25 o 2,30 con la rana. Ahorrar 40 céntimos no parece gran cosa, pero si lo multiplicas por trayecto y por días de la semana, compensa.

Su uso es muy sencillo: te la compras y pagas lo que vale la tarjeta (no recuerdo, creo que son 15 euros, 5 por la tarjeta y 10 de “fondos forever” que solo recuperas al devolver la tarjeta). Luego vas recargando según veas en los delis como Spar, Centra, Londis, le dices al tendero cuánto quieres recargar –cuidado que en algunos te cobran 50 céntimos si pagas con tarjeta, así que procura pagar en efectivo-. Ya está, no tienes que registrarte en ningún sitio, ni fotos, ni historias. Pagas lo que vas gastando y listo. (Desconozco si “caduca” en el caso de no usarla en uno o dos meses, pero lo dudo).

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Chicos que han consumido éxtasis antes de posar con las tarjetas

Para usarla en el LUAS (tranvía), tienes que ponerla sobre el panel habilitado para ello en cada parada, el pilotito verde se enciende y suena un “ding”, y te deducen automáticamente el valor total del trayecto de tu parada a la última de esa línea de LUAS. Pero don’t worry, porque cuando te bajes en tu parada tienes que poner la tarjetita de nuevo en el panel y te devuelven automáticamente lo que te hubieran cobrado de más. Como no hay verjas ni personal en ventanillas controlando ni nada de nada, es muy goloso lo de no pasar la tarjetita y viajar de gratis. Esto no es recomendable porque los revisores aparecen cuando menos te lo esperas, revisan muy a menudo y te pueden poner multita de 100 euros o nosecuanto si te pillan. (Tienen unas maquinitas para ver si tu tarjeta esta “Hot” de un reciente uso). Yo solo viajo sin pagar cuando llego corriendo a pillar el LUAS y genuinamente no me da tiempo a pasar la tarjeta. Y bueno, algún otro dia que tiento a la suerte, pero esos se cuentan con los dedos de una mano.

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El uso en el bus de la Leap Card es un poco mas tricky. Puedes pasarla por el panel sin hablar con nadie y pagas automáticamente el máximo del trayecto (desde esa parada hasta el final de la línea), pero también puedes ponerla en panel junto al conductor (donde se meten las monedas si pagas en cash el autobús) y tienes que decirle el nombre de la parada a dónde vas. Obviamente, ni Loida ni yo tenemos ni pajolera idea de cómo se llama la parada a donde vamos (a saber) así que tenemos que ir dando pistas “close to Dumcondra Road, after the second bridge”, “the first stop before City Centre”… es un poco engorroso porque se puede formar cola y porque los autobuseros no son muy talkatives (charlatanes), que se diga.

En los buses no hay que pasar la tarjeta otra vez a la salida. Ah, la tarjeta también la podeis cargar en las paradas del tranvía, hay pantallas con teclados donde introducir tu tarjeta de crédito/debito y recargarla en el momento. No sé si se puede recargar con efectivo, aunque es de suponer que sí

El lunch en Dublín, una cosa asquerosa

Una de las cosas que más rabia nos da a Loida y a mí de Dublín (aunque muy por debajo de la niña filipina from Hell) es su escasez de platos tradicionales. Por supuesto que tienes mil ofertas de restaurantes para llenar el gaznate, chinos, japoneses, libaneses, franceses, italianos, pide por esa boquita. Pero ¿comida tradicional irlandesas a la hora de la comida? Forget it. Ya hemos dicho que el plato nacional de esta gente a la hora de comer es el bocadillo (y si es de pollo empanado, mejor), pero lo cierto es que tienen más opciones a la hora del lunch (que va de las 11.30 a las 13.30, mas o menos). Todas ellas son fritos, rebozados y cosas un poco lamentables, pero existen, así que vamos a abordarlas (con mucho papel de cocina para no mancharnos demasiado de grasaza):

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Sausage roll: No es un hot dog, sino una salchicha insertada y cocinada dentro de una pastry (hojaldre). Esto está asqueroso y las que son congeladas ya no te quiero ni contar. Una cosa infame (como mi pronunciación de “sausage”, que se dice “sósichi” muy rápido).

Potato wedges: aquí están hasta debajo de las piedras y, como con toda la lista, lo normal es que la peña se las vaya comiendo por la calle, a lo loco, en una ingesta bastante sucia. Yo en España las descubrí por primera vez en el McDonald’s, las patatas deluxe, ya sabéis, pero aquí son “wedges” y están por todas partes. Están buenas, sí, pero no tienen gracia ninguna (en el McDonald’s de aquí las que están ricas son las Twisty Fries)

Bocata de lo que quieras: Aquí se llaman también “rolls”. Ejemplo: Can I have a tuna roll? Can I have a ham & cheese roll? Aquí cada deli (Spar, Londis, Centra, sitios donde comprar cosillas y donde hacen bocatas, cafés y fritangas para llevar) es un Subway, es decir, que eliges pan y rellenos. La noble simpleza del “un bocata de jamón” aquí no existe. El irlandés de pura cepa, como el adaptado, le pone siempre mantequilla y mayonesa a su bocata. Esta es la sociedad en la que vivimos Loida y yo. No os voy a mentir, al final le empiezas a pillar el gustillo a esta comida rápida y asquerosilla para salir del paso.

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Entre los fillings o rellenos: jamón york, pavo, distintos tipos de queso, salchichas, bacon, tomate, lechuga, cebolla, salami, atun, maíz, pollo de varios tipos y muchas más cosas de cuyo nombre no quiero acordarme. Una locura absoluta, pero que se hace mucho, es meter un full irish breakfast dentro de un bocata. O sea, un bocadillo de salchichas, champiñones, bacon, huevo y , de remate y si hay ganas, judías pintas con tomate. Para tirarse de un puente al río Liffey.

Bolsas de patatas: Claro, de esto también hay en España, pero ¿os imagináis a un ejecutivo, un obrero, un estudiante y una madre de familia, todos a la vez, comiendo un bocata con una bolsa de Ruffles a la hora del almuerzo? No se ha visto cosa igual. Aquí tienen mil tipos de patatas fritas (“crisps”, palabrita complicada de pronunciar en su parte final) con sabores desde los clásicos hasta guarradas de infarto. Les vicia.

Ensaladas empaquetadas: Si son hechas del día están bien, te las comes rápido y hasta luego lucas. Sin tienen más de un día, no son recomendables. Las ensaladas con pasta suelen estar un poco lamentables (a saber qué conservantes le echan a esas espirales, están duras y saben producto de limpieza).

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Chicken wings: Las alitas de pollo son también populares a la hora de comer. Ideales para comer por la calle. Eso si, fresh lo que se dice fresh no suelen ser. Lo que sí son es picantes, a este gente LE ENCANTA el picante.

Soup: Aquí se lleva mucho la sopa, tienen 20.000 tipos aunque hacen el truqui de que a todo lo llaman sopa: puré, cremas, lentejas, guisos… todo es sopa. Confieso que muchas de ellas son riquísimas. Otra cosa no, pero tienen buena mano para los platos de cuchara.

Pot noodle: El de esta marca en concreto, sano no es, pero del paso sales. El sabor es “para salir del paso” total, pero a rayos no sabe. No del todo.

De «menú» aquí no entienden a la hora del almuerzo, lo más cerca que están de eso son los deals de «soup + sandwich». Dos platos y postre, esa maravilla, aquí no se conoce. Otro día nos metemos con los refrescos y las chocolatinas, todo un mundo (irlandés) por descubrir. En eso nos llevan años de ventaja.

Lo peor de Dublín: La hija de los filipinos

Nota previa: Escribí esto en mi trabajo (teclado extranjero), no pienso corregir las faltas de ortografía, esa labor me llevaría 52 años y prefiero recuperar ya nuestro blog dublinés

El otro dia preguntaba en Twitter si odiar a una nina pequeña es malo. Supongo que es malo, y lo siento, pero lo cierto es que esta nina nos esta dando motivos de sobra para sospechar que es la reencarnacion de Maculay Culkin en “El buen hijo”. Venga, vale, no es tan mala… ES PEOR.

La nina, cuyo nombre desconocemos y a la que llamaramos LA NINA DE LOS FILIPINOS, porque es la hija de un matrimonio de filipinos (la raza, no las galletas), se comporta como un torete humano. No habla, no mira, no se relaciona. Solo grita como una loca, como un gorrinillo salvaje, y corre por los pasillos como el demonio de Tasmania, en molinillo. Loida y yo hemos perdido la cuenta de mananas que nos ha despertado LA PUTA NINA corriendo por el pasillo. CORRE COMO UNA LOCA. A LAS 8 y 9 DE LA MANANA. El pasillo de entrada del portal pasa directamente por la puerta de nuestro piso, por lo que oimos solo la puerta del portal abriendose y cerrandose (generalmente de un portazo, a pesar del gran cartel de “PLEASE CLOSE DOOR GENTLY” de la puerta). Los portazos se pueden entender, la gente va con prisa, se han pasado media hora mirándose al espejo y colocándose bien el pelito y ahora van tarde, whatever. Pero una nina corriendo como si eso fuera el parque, no, oiga, PERO QUE MIERDA ES ESTA?!

La nina, al igual que sus padres, es un autentico enigma. Cuando te ve por el pasillo no te saluda, o sonríe, o agacha la cabeza timida, simplemente te mira, inmutable, mirada sostenida, podría ser un maldito ciborg filipino. Ciborgs filipinos, son ellos los que nos darán pasaporte y no los zombis. Pero es que los padres son tres cuartos de lo mismo, ni un hola, ni unos chascarrillos, son de no saludar ni relacionarse. Producen desconfianza y ganas de mudarse. Loida y yo tenemos claro que esa nina no es normal (con 3-4 anos no es normal que no la hayamos escuchado JAMAS hablando, solo se comunica por gritos de gorrino) y que la culpa es de los padres.

Aparte de las carreras por el pasillo (que no son las típicas carreras-juegos de un ni;o, son una cosa como en las Olimpiadas, como si a la nina la hubiese poseído el espíritu dopado de Ben Johnson), es su absoluta falta de educación, de situarse en el espacio. El otro dia estaba en el pasillo,m Loida y yo entramos a nuestro piso y la nina del demonio ENTRO SIN MEDIAR PALABRA en nuestro piso y cogio a nuestra Jabuguita como si fuera el T-1000 y el cerdo de peluche fuese John Connor. Es como si estuviera programada para eso. Repito: ni una sonrisa, ni una carrera, ni una mirada retadora y traviesa a lo niño cuando quiere jugar contigo, que no, que no, que ENTRO EN NUESTRA CASA COMO GORRINO POR SU CASA y tuvo que llegar la madre a quitarle el cerdo de las manos. Intente hacer “conversación” en plan “She likes the pig” (en lugar del mucho mas violento “She IS a pig”) pero la madre de la nina NO DIJO NI MU. Bueno, si, dijo una vez “sorry” y se fue de allí sin mediar palabra. PERO QUE MIERDA ES ESTA?!

Yo no soy la persona mas sociable del mundo (understatement of the year) pero las nociones básicas de comportamiento con vecinos las conozco. Tu hija pequeña se cuela en el piso del vecino (porque la has educado de puta pena y tu hija desconoce lo que es una propiedad privada, o es que considera nuestro piso parte de su pasillo-parque de recreo?), tienes que entrar a por ella y disculparte, si, pero que tal hacer un poco de “small talk” para dulcificar un poco la tensión? Que tal decir el típico “la nina es muy traviesa, todo lo que ve lo quiere” o “dada su naturaleza, esta muy interesada en los otros cerdos”? Nada, nada, ella viene, coge a la nina y se las pira… De verdad que Loida y yo nos quedamos a cuadros. Adoptamos forma de perros jugando al póker. Este es el nivel de realidad al que nos esta llevando la nina filipina y torete.

Hemos pensado en colocar un alambre invisible de nuestra puerta a la pared, para que cuando la nina salga despedida corriendo en cuanto su madre abra la puerta, ZAS! Trompazo al suelo del toro. Seria demasiado cruel, si, como criarse sin recibir una educación de tus padres. Lo mas curioso de todo esto es que justo en frente de casa, a escasos segundos del portal, hay UN PARQUE LA MAR DE HERMOSO. Pero toda la familia debe sufrir fotofobia de esa, porque la madre y la hija JAMAS TRASPASAN LA FRONTERA DEL PORTAL, de hecho, se quedan en el pasillo, en los escalones que suben a las plantas de arriba, como si fuera indigentes. Indigentes de su propio edificio, la película. Pero que clase de orden social filipino es este?!

Hemos tenido vecinos raros y ruidosos, y los seguimos teniendo (el de abajo toca la guitarra y la de arriba el piano) pero lo de una nina pequeña que nos despierte como si fuera un gallo mezclado con un toro es algo inaudito. No sabeis lo que es despertarse una o dos horas antes de tu hora con los GRITOS DESAFORADOS y las CARRERAS POSEIDAS de una nina absolutamente loca. Las ganas de salir al pasillo y darle un puñetazo son riquísimas, muy altas, muy a pedir de boca. No podemos mas con la nina.

Queremos que deje de gritar. Queremos que deje de correr. Si ya ha comenzado la invasión filipina y estais leyendo esto, vosotros sois la resistencia.