Una semana más, unos brevecitos más. Lo bueno de haberme autoimpuesto un post semanal recopilando apuntes (apuntes mentales, no es que lleve una libreta en el LUAS y me ponga a escribir… aunque ahora que lo pienso…) es que no me dejo nada en el tintero (es un tintero inexistente, no solo porque es una metáfora sino porque literalmente los tinteros están extintos, extintos de verano, han dejado de producirse en masa, ya nadie escribe con pluma, salvo el Joker en la Batman de Tim Burton, que luego mata a un tipo clavándole la pluma en el cuello por una de las aortas esas o las carótidas esas o… oye, mirad, que ni siquiera cierro el paréntesis, vamos a los “breves”:
Últimamente me estoy llevando bastantes berrinches con el transporte público dublinés. Lo de los autobuses ya era conocido por mí y por medio Occidente (Dublin Bus es una compañía de la que te puedes fiar tanto como de Julio Sabala, un tipo que no sabías por donde te iba a salir), pero lo de los trenes de corto recorrido no me lo esperaba. Solían ser fiables… hasta que dejaron de serlo y ya se han instalado cómodamente en la versión “como los de los autobuses hacen un trabajo lamentable, nosotros con hacer un trabajo solo ligeramente superior ya hemos cumplido”… pues oiga, no, esfuércense un poquito. Dejo aquí unos tweets iracundos de cuando quería meterles un autobús/trenecito de juguete por sus respectivos ortos.
Bus 79a from Aston Quay towards Parkwest keeps vanishing day after day. What a poor service @dublinbusnews #Dublin.
— JR DEL ROSAL (@jrdelrosal) 26 de noviembre de 2018
Hey @IrishRail, 9:08 train from Cherry Orchad to Heuston is a no show. I already lost my bus to Waterford at 9:35 in Heuston Station. Is anybody gonna say something? Is the train coming at all? Hello… anybody there?
— JR DEL ROSAL (@jrdelrosal) 24 de noviembre de 2018
Tras mi gozoso último viaje a Londres (la ciudad en la que viviré una vez haya empeñado mi bazo y al menos uno de mis dos ojos –con lo que ya no podré hacer el juego de cerrar el párpado derecho y luego el izquierdo mientras me miro el pulgar para ver cómo cambia la perspectiva y “el pulgar se mueve”-) y mis repetidas visitas a su GLORIOSA filmoteca (instalaciones bravísimas, charlas, coloquios y programaciones estimulantes), me recordé a mí mismo que “¡Eh! ¡Dublín también tiene una filmoteca!”… y es bastante chula, las cosas como son. El IFI o Irish Film Institute está en pleno Temple Bar y tiene una tiendita bien rica (aún tengo que preguntarles si los viejos números de Sight & Sound están rebajados o mantienen el precio original) y una programación que promete. Como tenemos la tarjeta del Cineworld, limitamos nuestro consumo cinéfilo todo lo que podemos a este cine (con alguna excursión determinada a los Light House) pero el IFI bien merece explorarlo. Pues bien, me pongo a explorar, descubro una peli interesante y que además luego tenía un Q+A (de mis cosas favoritísimas del mundo) y cuando voy a pillar la entrada… ZAS, sold out, todo vendido, no quedaba sitio ni para las ratas. Así me lo pones muy difícil, filmoteca. (La peli se llama Three Identical Strangers –la trama es intrigante- y tengo toda la intención de verla… aunque sea sin las preguntas y respuestas al director, mi gozo en un POZZO, la doble zeta no viene a nada, I just felt like it)
Puesto que ya es Navidad en Dublín (desde hace un mes, para ser exactos), han llegado a los estantes de los supermercados uno de mis postres favoritos: las mince pies. Suerte de tartaletas rellenas de manzana, pasas, especias y alguna otra historia. Se pueden tomar calentitas con nata por encima o del tiempo y a palo seco. A mi me gustan mucho y con un vasito de leche fresca uno tiene ganas de gritar “¡viva la vida!”, pero claro, si gritas a solas en tu salón esto después de comerte una, eres un absoluto loco, un hombre que crea desasosiego.
Dulce desasosiego.
Y como es Navidad, aparte de las mince pies ya llegaron las lucecitas de Navidad, que han dejado la ciudad bastante potita, debajo un par de fotos de Cows Lane, una calle que está fracamente bien porque ponen puestecillos, tiene tienditas de diseño y decoración chulas:
También es la calle donde está el Queen of Tarts y haciendo esquinita está The Gutter Bookshop (donde me he comprado el MARAVILLOSO libro de debajo)… en fin, calle bastante recomendable, ¡ay, quién viviera por aquí! (Cerca está The Bakery, el Zaytoon, un sitio llamado Aperitivo donde el café está muy rico y es “barato”)… Tengo que hacer una guía de “zonas” o rutas. Coming soon.
Pendiente queda hablaros (espero que la semana que viene) de nuestro viaje a Waterford, la ciudad más antigua de Irlanda, como ya os decía en el último BDD. Mientras eso llega, una fotito de una de estas tazas “portables” para el café hechas con bambú o nosequé material reciclado; la vimos en la «zona de tazas» (eeeeem, sí) de una librería bastante impresionante de la ciudad. Me diréis que no es simpática:
Viendo los posts más leídos del blog, me parece muy bien que el más leído sea el de 10 diferencias entre los irlandeses y los españoles, pero que esté tan arriba el de 10 cosas rarísimas de Dublín me da un poco de cosilla porque puede parecer que siempre ando quejándome y refunfuñando sobre una ciudad que me ha ofrecido y sigue ofreciendo MUCHAS COSAS BUENAS, solo que me centro en las quejas. Para que no todo sean desplantes, quiero recuperar aquí un post doble que escribí hace tiempo precisamente con esta intención, la de dejar por escrito que la ciudad tiene cosas muy disfrutables y que yo también las reconozco, las disfruto y os invito a descubrirlas conmigo:
No todo es malo en Dublín – Parte I
No todo es malo en Dublín – Parte II
Dando una pasadita por el Irish Times se pueden encontrar noticias de todo pelaje, pero la que me más me ha llamado la atención esta semana tiene que ver con el alquiler, que está empezando a alcanzar cuotas surrealistas. Si hace poco os hablaba de agencias que COBRAN POR ENSEÑARTE EL PISO, ahora tenemos unos nuevos apartamentos en Ballsbridge que salen por 3.850 euros al mes… ¡¡el apartamento más barato del lote!! Me da un siroco. (En otro orden de cosas, los Gardai –los policías- son los “public servants” mejor pagados con 1.300 euros a la semana para el bolsillito… sí, eso son más de 5.000 euros a la buchaca cada mes… y no os diría yo que Dublín es la ciudad más segura de Europa, ni de Irlanda).
¡¡Hugh Jackman viene a Irlanda en 2019!! Pero no de paisano a tomarse unas pintas, cosa que podría hacer estupendamente, sino como parte de su tour en el que bailará, cantará e intuyo que hará el pino puente (veremos si no boxea contra robots metálicos -I cross my fingers-). En fin, que esto a Loidita le tiene que encantar (y a mí también, para qué os voy a engañar), así que voy a buscar entradas…
Antes del viaje a Waterford, en el que nos falló el tren de Irish Rail y tuvimos que hacer tiempo en Heuston Station, nos compramos unos donuts para desayunar de Off Beat, están muy ricos… pero me da miedo ver cada vez más tiendas de Boston Donuts chapadas en la ciudad (ya hay dos GONE FOR GOOD) y cada vez más tiendas abiertas de Off Beat. Donut wars in Dublin??? Debajo foto de los tres que nos metimos entre pecho y espalda (el de café, el del icing con virutas, es el más rico con diferencia).
Por cierto, que aún tengo pendiente ir a la tienda de Krispy Kreme, abierta no hace mucho en Dublín… y cuyos productos redondeados aparecían bien brillantes y apetitosos en la película de los Power Rangers del año pasado, que os recomiendo fervientemente. En serio. It’s good fun.
Y rematamos con esta señora de debajo… que no es de Dublín, precisamente. In fact, esta es una entrañable señora china residente en Londres. Ahí estaba ella, dale que dale, toma que toma, haciendo unas bolitas mágicas para un dim sum o para cualquier genialidad china de esas que te la comes y te entra un power buenísimo. Le hice una foto cerca del China Bakery, uno de mis sitios londinenses de referencia, donde entras y te llenas una bandeja con los bollos que más te apetecen y luego te lo cobran rápido y hasta luego lucas, te lo tienes que comer fuera. Busco en Dublín algo parecido, donde tengan bolas gomosas llenas de peanut butter o bolas de sésamo rellenas de masa de judía… ¿Alguien puede ayudarme?
Wait! Antes de iros y retomar vuestras vidas (este post ha sido más largo que Lo que el viento se llevó, soy consciente de esto y os pido perdón), quería recordaros que estoy mandando una notita íntima y personal cada semana a todo aquel que se suscribe. Solo tienes que pinchar aquí y la felicidad llamará a tu puerta (… no literalmente, la felicidad como concepto no se materializará en ser humano, y en caso de que lo hiciera sería Amy Adams y ella no tiene tu dirección).
¡La semana que viene más y mejor en una nueva entrega de BDD!
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