Un domingo más, una ración más de breves desde Dublín informando de todas esas cosas de las que no informo más a menudo por el simple hecho de que prefiero emplear mi tiempo leyendo viendo el nuevo programa de Conan O’Brien (ADORO A ESTE TÍO -y adoro que una sección se convierta en show propio-), maldiciendo la desastrosa temporada del Madrid e intentando comprender la cadena de errores que me han traído al lugar donde me encuentro en mi vida… pero aparquemos mi torturada psique durante este post, ¡aquí hemos venido a leer ligerezas, maldita sea!
Lo primero que os digo es que el café que me compré para aguantar mejor el tirón nocturno no me ha hecho mucho efecto. Esta semana que apura sus ultimas horas (que creías, ¿que no tenía poesía en mis venas?) he vuelto a trabajar de noche, algo que no hacía desde el pleistoceno. En serio, la última vez que hice noche me asomé por la ventana y había pterodáctilos volando. ¿En el pleistoceno había dinosaurios? No pienso investigarlo (“investigar” = escribir una frase en Google y darle a buscar). Por cierto, se me ha ocurrido que una palabra graciosa podría ser pterodátiles, no me preguntéis que significa. PTERODÁTILES ES LO QUE TÚ QUIERAS QUE SEA. Volviendo al tema que nos ocupa, mirad esta foto de debajo:
En la etiqueta de este café pone que es “fragrant and spicy” y no te digo yo que no, pero el café en sí es un poco regulero. Me lo compré únicamente porque tiene saber a ginger bread, o sea, al pan o galletas de genjibre esas tan ricas… y tiene cierto aroma, sí, pero no es the real deal. Aunque claro, no se le pueden pedir peras al olmo (olmo = café soluble de tres euros).
Y es que últimamente le estoy pegando mucho al Ginger Bread Latte que tienen en Zambrero. Os cuento: Zambrero es un sitio de comida mexicana (abundan los locales mexicanos en la ciudad) que está al ladito del Cineworld. Cuando vamos al cine, muchas veces nos apetece entrar en la sala con nuestro cafetito (remember = WE ARE OLD) y aquí los preparan sorprendentemente bien (¿¿un sitio de comida mexicana preparando lattes de nivelazo?? Who knew?!) y, lo más importante de todo, solo valen 2 euros. Obviamente, para que su Ginger Bread Latte sepa tan bueno, le echan un siropazo que flipas con su azúcar… Si queremos palomitas cuando vamos al cine, que también nos apetece muchas veces porque somos viejos pero no estúpidos, nos las compramos en el Tesco de Parnell Street de la marca Manhattan. Son unas palomitas envasadas que saben sorprendentemente parecidas a unas palomitas recién hechas. Y valen mucho menos que en el cine, por supuesto. No sabría deciros si saben mejor o peor que las del Belros (uno de esos sitios que tanto echo de menos de España para este tipo de guarradas pre-cine), pero os digo que saben mucho mejor que cualquier otra marca de palomitas envasadas que hayamos probado.
Respecto a mi reciente night shift en el trabajo os puedo decir que también he tirado de dos bebidas energéticas que se venden en los supermercados de aquí como Red Thunder (¿qué da mas energía, un toro o un trueno? Ojo a este debate) y Kong King o Kong Power (u otra variación del nombre King Kong para no pagar derechos o yoquesé). Ademas, mango deshidratado (sí, suena raro pero sabe rico) y nueces. Es que si tiro de Mars, Twix y Snickers toda la semana es posible que me diera un ataquito el último día.
Y que no se me olvide del Zambrero: creo que el restaurante está metido en problemas. De pasta. De que no va la gente. Al menos, el de Parnell Street (creo que tienen otro más cerca de las oficinas de Yelp). Esto lo digo por dos cabos que he atado gracias a mis dotes de deducción. El primer cabo es que he observado recientes campañas del restaurante para llamar la atención, como poner a dependientes repartiendo flyers a la entrada o poner globitos y arcos en la puerta en plan “EH, AMIGO, ESTAMOS AQUÍ!”. El segundo cabo es que cada vez que entro en el restaurante, está vacío o pseudo-vacío. Voy al cine muchas veces y a horas muy diversas, con lo que no creo que el sitio vaya muy bien de pasta. Nunca hemos probado ni una sola de sus cosas mexicanas, pero ¿cómo de malo puede estar un burrito/taco/enchilada de este tipo de locales? Tampoco sé muy bien cuál debe ser el problema para que no haga pasta: está al lado del cine más grande la ciudad y emparedado entre una hamburgesería (Wow Burger) y un pub super conocido, super australiano y super recomendable para ver partidos (el Whoolshed). Si una noche vas a por una Burger y está lleno, ¿no te meterías en el sitio mexicano? Hombre, sí observo que el sitio está un poco desangelado, el diseño del local es raro, no hay suficientes mesas para sentarse y esos “dos niveles” son un poco extraños; tampoco transmite ningún espíritu mexicano o festivo, creo que es demasiado frío y clínico y sin personalidad. Que llamen a Chicote.
Otro tema: el otro dia me caí corriendo. Afortunadamente, desde que nos mudamos de piso (y ojo que aun no hemos hecho en el blog el publirreportaje del ¡HOLA! que se merece este piso) ya no persiguen las malditas gaviotas cuando salgo a correr, ahora lo único que me persigue es la edad. Toma ya el palito. Y es que pisé mal subiendo un escalón, resbalé y caí como un saco de patatas haciéndome pupita en la rodilla, el codo y un poco en el hombro. Pero he visto Creed I y Creed II y no voy a dejar de correr. Pienso convertirme en un atlético hombre negro y nadie podrá detenerme. ¡Nadie!
¿Os acordáis de aquella cosa a la que quería ir con los actores de Stan & Ollie? Bueno, pues las entradas se habían agotado porque la gente se entera de todo y se entera de todo en cuestión de minutos. En fin, supongo que acabare viendo la película gracias a nuestra tarjetita mágica del cine (no es realmente mágica, no te introduce en el fotograma como en El Ultimo Gran Heroe). Una pena que tengo en Dublín, aparte de mi vida en general, es no haber vivido nunca por Smithfield, una zona que me gusta por muchas cosas, siendo the main one el hecho de que aquí esta el Light House Cinema, el que es seguramente mejor cine de la ciudad. Recordad si no el vasito para propinas que tienen en su cafetería:
-Pero Juan, ¿sabes que la calidad de un cine debe medirse con otros parámetros relacionados con las capacidad de las salas, el tipo de proyección, la disposición de las butac—
-VASITO DE LAS PROPINAS
Y ya que estamos con sitios, uno que echo de menos de cuando vivíamos en el centro es el 147, una cafetería donde hacían un café muy rico y donde se podía leer muy bien (yo es que hago cosas de super-viejo como irme a cafeterías a leer). También tenían unos super-bocadillos que eran bastante caros, sí, pero que estaban bastante por encima del clásico bocata de pollo rebozado y que llevaban un curro de la leche (en su cuenta de Instagram, que dejé de seguir cuando chapé el IG de La Pinta Roja, solían publicar vídeos de cómo los hacían). Si alguna vez estás por el “Chinatown” de Dublín, acércate a este sitio y pide un sándwich, un mini-donut y un café; te vas a quedar más feliz que un regaliz (cosa fácil puesto que el regaliz es inerte).
Con esto y un bizcocho (el de café del Marks & Spencer, por ejemplo) me despido de vosotros hasta el próximo post o hasta el próximo BDD, lo que primero llegue (y lo primero será lo segundo). ¡Feliz semana!
lapintaroja.wordpress.com 
Esa puerta tiene años de experiencia riéndose de los transeúntes…
Me gustaMe gusta