Me han cobrado más de 10 euros por ir en tren a los Graystones, que no es donde Christopher Lambert se crió con monos, sino un sitio donde cobran los billetes de tren prácticamente en lingotes de oro. A ver, matizo: la ida a Bray (para desde ahí iniciar el recorrido o «track» hacia los Greystones) me ha costado 3´80 euros, que ya me ha parecido un robo pero bueno, por variar un fin de semana y hacer una excursión y que me de un poco el fresco (si os habéis suscrito a mis tinyletters sabréis que mi estado de ánimo es… irregular), pues se paga. Pero es que la vuelta en tren, ya desde los Greystones (no tengo yo este cuerpo como para hacer el recorrido por las montañas DE VUELTA a Bray, no soy Heidi), me ha salido por… ¡¡6´80 euros!! Cuando he visto el precio en la máquina se me han salido los ojos de las órbitas laikas, pero no me ha quedado más remedio que poner el dinero y volverme a Dublín en trenecito. Uséase, más de 10 euros en ir y volver en tren de corto recorrido (DART) a un sitio que, francamente, NO ESTÁ TAN LEJOS. Pero supongo que ha merecido la pena porque he vuelto a comer (y gozar) en The Happy Pear (que no solo es «La Pera Feliz» sino un juego de palabras con «The Happy Pair», la pareja feliz, en inglés suena igual y entiendo que se refieren al par de gemelos dueños del negocio y promotores en toda Irlanda de una alimentación más sana y vegetariana). Pero en fin, que de mi nueva experiencia en el vegetariano más famoso del país ya hablaré en breve, ahora lo que viene son otros breves, los BREVES DESDE DUBLÍN EDICIÓN XII (¡¡creíais que no aguantaría ni tres semanas y aquí sigo!!):
En Dublín sigue la iluminación navideña a tope. En teoría esta gente ya ha terminado sus fiestas, aquí no tienen Reyes (ni reales ni magos ni nada) pero lo cierto es que sigue ese ambientillo de días de fiesta aunque los días en los que no ir al trabajo tocaron a su fin. Se acabará pronto, así que he aquí unas fotitos de partes de la ciudad con las Christmas Lights.
Por supuesto, una vez retiren las bombillitas navideñas, los muñecos de nieve y los papanoeles, llegará de golpe San Valentín. Las fiestas son como transatlánticos que desembarcan en mitad de la ciudad y de las que no puedes escapar, cada una tiene dos meses de intensa promoción en calles y comercios. A saber: Navidad, San Valentín, St Pactrick’s Day, Summer Holidays, Halloween. Y alguna me dejo. Si necesitan rellenar algún hueco, El día del amor no desentonaría.
Esta semana trabajo de noche (empiezo el martes) y esto no casa bien con un temita de cine del viernes (en general no casa bien con una vida sana, pero ahora quiero centrarme en el temita de cine del viernes). Y es que en los Light House Cinema ponen el pseudo-biopic del Gordo y el Flaco… acompañado de un Q+A con los actores y el director (Steve Coogan, John C. Reilly y John S. Baird, a mí solo me interesa el segundo pero bueno, no voy a rechazar el pack). La cosa empieza a las 18:30 de la tarde, que entre trailers (10-15), duración del film (128 minutazzos) y los típicos 5-10 min. que tarden en sentarse en la mesa, pues tenemos que el Q+A (que es lo que de verdad me interesa, más que el film) empezará a eso de las ¿21:00?. Entro a trabajar a las 23:00 con lo que podría darme tiempo, siempre y cuando abandonara el lugar en TASIS… que me paga la empresa por entrar tan tarda. Yo creo que podemos conseguirlo. Ya os contaré.
Vosotros: – Uy, sí, Juan, ¡cuéntanos, estamos vibrando con esta historia!
Yo: – Ojalá un piano os caiga en la cabeza, a modo de gag de las pelis del Gordo y el Flaco, o que os persigan unos polis alrededor de un poste durante unos tres minutos, en bucle, que os pase algo en blanco y negro. Este es mi deseo.
Oye, la verdad es que los condenados se parecen.
Y ya que estamos con cine, ¿os acordáis de la peli en la que Christopher Lambert se crió con monos? Esto existe, no me lo estoy inventando.
Dice el Irish Times que los precios de los hoteles en Dublín se están yendo de varetas a pesar de que cada vez hay más oferta. Mirad, no sé, yo vivo aquí y no me hospedo en un hotel en Dublín desde hace unos 15 años. Solo digo que con las burradas que pagan algunos por venir aquí en St. Patrick es casi de locos no plantearse lo del AirBnB aunque sea para esos días…
Y ¿os acordáis de que la nueva campaña de turismo (la del marcapasos o lo que fuera aquello) prometía un 2019 aún con mejores números para Irlanda? Bueno, pues dicen en este artículo que de eso nada, que hay dos amenazas que se harán sentir: por un lado, el incremento del IVA que hará subir los precios y, por otro, el Brexit.
¡La semana que viene más y mejor con más BDD!
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