¡¿Pero qué les pasa a las gaviotas y las palomas de Dublín?!

El turista se lleva las manos a la cara para protegerse, flipando con que las palomas hayan roto el pacto y vayan a atacarlo sin mediar palabra

Una pequeña advertencia por si venís a Dublín: las palomas y las gaviotas no forman parte de la sociedad. En España teníamos un acuerdo con las palomas: nosotros no nos metíamos con ellas y su extraña forma de andar, y ellas no nos hacían caca en la cara. Ni eso ni amenazaban con volar en dirección a nuestras lindas caritas. En Dublín ese pacto fue DINAMITADO en algún momento de la historia y aquí, las palomas, TE ATACAN. He perdido la cuenta de las veces que he tenido que arquearme a lo Neo en Matrix para esquivar a una MALDITA PALOMA que se precipitaba desde el cielo hacia mi cuerpo como un piloto japonés kamikaze asaltando el puerto de Pearl Harbor. ¡¡Malditas palomas!! ¡Nunca tendréis mi cuerpo! ¡NUNCA!

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En serio, que te vuelan a la cara, que no se apartan, que te desafían continuamente. El Irish ya está acostumbrado, pero el asombro del turista es diario y siempre repite el mismo proceso:

ASÍ ASUSTAN LAS PALOMAS A LOS TURISTAS EN DUBLÍN (DANGER!):

1) El turista se lleva las manos a la cara para protegerse, flipando con que las palomas hayan roto el pacto y vayan a atacarlo sin mediar palabra
2) La paloma da un giro a lo Fast & Furious en el último segundo, como si fuera una maldita conductora en el polígono, y apenas le roza el codo al humano que ha visto pasar toda su vida ante sus ojos
3) El turista respira aliviado, consciente de que si las palomas quisieran, todo esto sería suyo. Lo dicho, mucho cuidado con ellas, no actúan en sociedad como en España, aquí son UNRELIABLES, como la narradora de una novela de Gillian Flynn.

Respecto a las gaviotas irlandesas, también traigo malas noticias: SON LA PERSONIFICACIÓN (¿ANIMALIZACIÓN?) DEL MAL. A ver, son muy bonitas suspendidas en el aire, como cometas sujetadas por una cuerda invisible, forman una estampa para enmarcar… pero cuando bajan al barro y empiezan a destrozar bolsas de basura (picoteándolas hasta abrirlas y desparramar todos los restos de comida por la acera) o cuando deciden pelearse con otras gaviotas, son pura maldad. Sé que son malas, tienen la mirada aviesa. Si tuvieran bigote, se lo atusarían. Loida vio a una gaviota lanzarse sobre el sándwich que tenía un pobre señor por la calle, se lo arrancó de la mano con el pico y se lo llevó volando a su maldita guarida llena de gaviotas conspiradoras. Son fanáticas del robo. Son nuestras enemigas.

Autor: JR DEL ROSAL

Superhombre.

6 opiniones en “¡¿Pero qué les pasa a las gaviotas y las palomas de Dublín?!”

  1. Las gaviotas son, han sido siempre y serán la personificación del mal. Merecen genocidio todas ellas (las dublinesas y sus parientes «moderadas»). No entiendo cómo han conseguido embaucar a tanta gente.

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