Tengo trabajo

Ya tengo una badge, o sea, una tarjeta de empresa que cuelga de un cordel…

… lo que significa que ya tengo trabajo. Empecé el lunes pasado y solo puedo decir que estoy madrugando mucho (algo que a los que llevamos mucho sin trabajar como que nos cuesta) y que el trabajo no es exactamente lo que esperaba. Daré más detalles en nuestro próximo podcast (así los cuatro gatos que lo escucháis sabréis cosas que nadie más sabe, ¡já!), pero antes de eso quiero dejaros un recuento de los acontecimientos que me llevaron hasta mi trabajo. La cosa se puso calentita el viernes 16 de enero, que es cuando escribí las líneas que siguen…

Escribo esto hoy viernes 16 de enero:

  1. Voy a Non plus ultra (las afueras de Dublín, a exactamente una hora en autobús del centro) a hacer una entrevista en una empresa, a la que llamaremos Pastelitos Paco. Una agencia de trabajo temporal me llamó el día anterior y, con prisas y buena voz, me dijo que el trabajo me estaba esperando el lunes si hacía bien esta entrevista. La entrevista va bien, es sencillita, parece una pura formalidad. A poco que demuestre que mis pulgares son oponibles y que mi boca puede expulsar palabras yo diría que me dan el trabajo.
  2. Así es. En el autobús de vuelta al centro de Dublín, primero llaman a mi compañera y luego a mí. Los dos hemos conseguido el trabajo. El lunes empezamos el «training» (un concepto interesante: todas las empresas se toman unas cuantas semanas para formarte antes de ponerte a desfilar), we are the champions my friend.
  3. Otra empresa, a la que llamaremos Madalenas Mari en la que ya había hecho dos pruebas (de inglés y de lógica deductiva -en serio-) y dos entrevistas (con CUATRO personas distintas) me pide por email que les rellene un cuestionario de salud, que lo imprima, que lo firme, que lo escanee y que se lo mande de vuelta. Y que les pase teléfonos y direcciones de email de al menos dos antiguos jefes para poder contrastar opiniones sobre mi «character». «Ah, genial, pero… ¿cuándo empiezo con vosotros?». Respuesta: «Hmmm, bueno, lo que te puedo decir es que has pasado la segunda entrevista y que ahora el siguiente paso del proceso es comprobar tus referencias y obtener ese documento médico y…». ¿?¿? ¿Pero estoy dentro o no estoy? Todo esto en inglés, claro, lo que me previene de preguntar cosas decisivas como: «¡Pero qué me estás contando, muchacho!»
  4. Al llegar a casa del viaje de vuelta de Pastelitos Paco se me ocurre lo siguiente: Aplazar una firma del contrato con Pastelitos Paco todo lo que pueda, iré el lunes al training y lo daré todo, pero no firmaré ni una mísera servilleta, a la espera de una llamada de Madalenas Mari (que ofrece mejores condiciones, sobre todo mejor sueldo) confirmándome que estoy dentro de su empresa. El problema llega al consultar Gmail, los de Pastelitos Paco me mandan un mail con 5 documentos informativos, esto, lo otro, lo de más allá… y me piden que les devuelva firmado el email aceptando dos párrafos que vienen a decir que contestando a ese email y entendiendo las condiciones propuestas, acepto la oferta de trabajo en Pastelitos Paco. Empiezo a subirme por las paredes, al mejor estilo Linda Blair. ¡Pastelitos Paco me dice que empiezo el lunes y que firme ya, carallo!
  5. La trama se complica cuando los de Madalenas Mari necesitan más tiempo: no quieren el teléfono de Recursos Humanos de la antigua empresa donde trabajé en Dublín, a la que llamaremos Hojaldradas Danilo (sí, Danilo, es un nombre sensual); sino el teléfono directo de la que fue mi manager. Contacto con una antigua trabajadora de Hojaldradas Danilo para que hurte los datos. Por política de empresa, Hojaldradas prohíbe a cualquier trabajador dar datos personales de ningún compañero. Le insisto a la antigua trabajadora y consigo al menos el email de mi antigua manager en Hojaldradas. Le escribo un correo detallándole mi situación y recordándole quién era yo (al fin y al cabo han pasado ya más de cuatro años de aquello), para acabar suplicándole un teléfono al que los pesados de Madalenas Mari puedan llamarla y charlar sobre mí al calorcito de un té con madalenas (este detalle puede o no ser verdad). Mi antigua manager, elegantamente y con cierto dolor, me dice que por política de empresa, en Hojaldradas no dan referencias de nadie, tal cual, ¡menudos son en Hojaldradas! Así que le digo al de Madalenas Mari que he removido Roma con Santiago (= Romiago, the city) y que no hay forma, que o llama a recursos humanos de Hojaldradas o no podrá comprobar si trabajé allí, dale que dale a los hojaldres.
  6. El tiempo pasa y el «firma este email» de Pastelitos Paco, que se sigue pareciendo mucho a un contrato pero no es un contrato, me mira con ojitos de cordero degollado. Es verdad que más vale pájaro en mano que ciento volando, pero esos que vuelan en teoría los tengo en la cazuela… ¡solo falta que los de Madalenas Mari llamen a los telefonitos que les he dado y listo! En fin, como sigo queriendo mantener las dos bolas en el aire, se me ocurre una trola gana-tiempo de primer nivel: llamar a la de Pastelitos Paco y decirle que no he llegado a casa, que no he visto ningún email, que no llegaré a casa hasta la noche, que si me puede decir a qué hora acaba el training del lunes. Por mí, como si acaba a las 23 horas zulú, lo único que quiero es colar el mensaje anterior: «no casa, no leo nada, no sé nada de contratos, todo sigue fluyendo…». Pero la trama la complico yo mismo: al buscar en «RECEIVED CALLS» del día anterior, llamo al número que no era y pregunto por mi contacto de Pastelitos Paco a… tachán tachán… ¡mi contacto de Madalenas Mari! Es lo que pasa cuando tienes dos llamadas recibidas del día anterior a casi la misma hora y hechas casi con el mismo número. Y cuando eres un absoluto zote. Reconozco la voz del de Madalenas Mari y creo que él me reconoce a mí, le digo adiós a toda prisa y cuelgo cuando me dice que he llamado a Madalenas Mari y no a Pastelitos Paco. ¡¡Voy a perder los dos trabajos por zoquete!!
  7. En plena crisis existencial («el de Madalenas Mari sabe que estoy coqueteando con Pastelitos Paco y ahora nunca comprobará mis referencias y me dejará tirado en una cuneta!), armo otra idea loca: volver a llamar al de Pastelitos Paco. Primero para BLOQUEAR lo de «¿Estoy llamando a Pastelitos Paco?» y segundo, y ya que estamos, para preguntarle directamente por lo de mis referencias, que si ha llamado ya y ha comprobado que soy una cosa excepcional, que si estoy dentro ya, leñe. Llamo e invento una excusa baratísima, que no compraría ni un niño de cuatro años («Perdón por lo de antes, estaba haciendo una cosa para mi novia, no te reconocí»)… pero le pregunto por lo que me interesa: QUE QUÉ HAY DE LO MÍO. Me dice que es una pena que no pueda darle el teléfono de mi antigua manager en Hojaldradas Danilo, que le encantaría poder hablar con ella sobre mí, porque necesita conocer de primera mano cómo soy yo y blablabla. Me dan ganas de decirle al de Madalenas Mari que si es que se cree que trabaja para LA PUTA NASA o qué, haciendo pruebas, entrevistas y comprobaciones del pasado de la peña como si tuviera que ir a un asteroide a perforarlo y detonarlo como Harry Stamper… pero me contengo. Lo que le digo es que, como ya le he explicado, es política de empresa de Hojaldradas Danilo no decir ni mú sobre la gente que ya no «sigue con nosotros» (esto me lleva a pensar, ahora, que Hojaldradas Danilo es un poco Iglesia de la Cienciología: estás, te amo, sales, te borro…). El de Madalenas Mari, pesado como es él y su empresa madalenera, me dice que si no sería posible que yo le diera SU TELÉFONO, el de Madalenas Mari, a esa antigua trabajadora que conozco en Hojaldradas Danilo (la que me proporcionó el email de mi ex-manager) para que ELLA LES LLAME A ELLOS, a Madalenas Mari. Bueno, mire usted, NO. Esto no es jauja. Quiero trabajar en Madalenas Mari, mucho, pero hasta cierto punto. Si fuera usted Henry Cavill o Amy Adams haría el esfuerzo, pero siendo usted EL PESADO DE MADALENAS MARI creo que ya he hecho suficiente. Si quiere, le digo, le puedo dar otra referencia o puede usted llamar a Recursos Humanos Hojaldrados, que para eso está el departamento, NO QUIERA USTED PUENTEARLOS. NO QUIERA USTED MADALENO-PUENTEARLOS. El tipo, resignado, me dice que bueno, que le pase por mail otra referencia laboral.
  8. Frustrado por como está yendo el día desde que volví de Non Plus Ultra, donde está la sede de Pastelitos Paco, pienso cómo seguir con las dos pelotas en el aire. El proceso con Madalenas Mari se está alargando hasta el infinito, a estas alturas debería estar ya todo comprobado y ready to go, pero sigue estando lejos. Mientras, Pastelitos Paco cree que no llegaré a casa hasta la noche y que no será hasta entonces cuando vea el email que no sé pero sí sé que han mandado diciéndome «que lo firme a modo de contrato» (¿?). Sí, tras llevar tres meses penando por las aceras en busca de un trabajo, me niego a firmar la primera oferta de trabajo que me hacen para empezar inmediatamente. Así está el patio. Hablo con Loida de lo raro que es eso de «firmar un email a modo de contrato»…

No me dio tiempo a escribir más, pero aún hubo un par de giros en la trama. Resumiendo: trabajo para Madalenas Mari. TO BE CONTINUED.

Autor: JR DEL ROSAL

Superhombre.

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